Vanessa
— ¿Alex donde estás? —
Vanessa jamás en su vida se había sentido tan desesperada y con ganas de correr y perderse en un lugar paradisíaco. Esta como una vil loca mirando a su trillizos correr de un lado otro llenos de harina, gritan tanto que las gemelas lloran asustadas y apenas puede hablar por teléfono. Pero cuando Alexander se tardó en contestar y escuchó las risas y la música de fondo, supo que no le gustaría la respuesta.
— No pensarás dejarme sola ¿Verdad? — comentó casi en risa, caminando de un lado a otro para calmar los llantos de las gemelas. Helena mezcla tan rápido el preparado para el pastel, que todo hasta su cabello está lleno de chocolate.
— Solo es una noche, no pasará nada — contesto Alexander — No abandonaré los festejos por ganar en el juego de polo, no me iré Vane —
— ¿Estas loco? — no puede ocultar la molestia en su voz. Tiene mucha tolerancia a los lloriqueos y los gritos, pero cuando Alexander la hace enojar explota en menos de un segundo — ¡¿No pensarás dejarme con cinco niños, un enfermo y dos bebes?! ¡Despediste a todas las nanas! —
Su molestia es cada vez mayor cuando lo escucho reír, como si cuidar a cinco niños no fuera difícil. ¡Ah, cuando lo vea lo va a matar! Si tan solo pudiera verlos correr por toda la cocina con cosas en la cabeza y bailando al ritmo de la música. Gritan tanto y hacen tanto ruido, que ya varios sirvientes se acercaron a preguntar si todo estaba bien.
— Los niños duermen temprano y las gemelas son unas bebés que no dan molestia — Alexander carraspeo un poco — Necesitó pasar un tiempo lejos de los niños, voy a disfrutar esto aunque sea unas horas, Además a ti te gusta pasar tiempo sola —
¡¿Que?!
Si le gustaba estar sola, antes, pero ahora tiene cinco niños que gritan demasiado. Y ella que decía que era amante de las fiestas y ahora está recluida en una palacio. Esta a punto de explotar del coraje.
— Si, creo que tienes razón — dijo con voz amable pero con ese filo de molestia. Acomodó mejor a las gemelas sobre su pecho para no dejarlas caer — Creo que quiero estar sola con cinco niños que no paran de gritar... ¡Sólo procura que tu jodida fiesta duré un estupido mes porque no te quiero ver aquí! —
Mami, ya tenemos hambre ¿Ya está el pastel?
— ¡Espera, no termines la llamada Vanessa — la voz de Alexander es molesta y esta exasperado — No me dejes hablando solo, tenemos que hablar! —
— ¡Eres un idiota Alexander! —
Apago su celular y lo guardo en su bolsillo totalmente furiosa. Bajó su mirada al ver a Christian de pie junto a ella con sus grandes ojos azules mirándola en su sesión de histeria, hasta las gemelas tiene los ojos abiertos.
— Mami huele raro — dijo tocándose la nariz. Tiene la boca llena de chocolate y algunos de sus mechones están sucios también.
— Si, huele extraño — miró a todos lados, pero cuando se fijó que del horno sale un poco de humo, acostó a las gemelas en su portabebé y gritó molesta — ¡El maldito pastel! —
— Mami no puedes maldecir — dijo Helena. Vanessa soltó bruscamente el pastel quemado en la barra de la cocina, esta tan negro que al tocarlo se vuelve polvo — Quemaste el pastel —
— ¿Ahora que comeremos? Yo tengo muchísima hambre — la voz de Andre es casi de tristeza. Su rostro aun sigue llenó de moretes y su brazo lastimando.
— ¿No quieres algo más fácil? No sé, ¿Cereal, galletas? Tu mami no sabe cocinar Andre, yo solo se operar — pero al ver sus rostros llenos de emoción esperando pasar tiempo con ella, mostró una amplia sonrisa — No, queridos, no volveré a hacer otro pastel. Mejor pediré una pizza —
ESTÁS LEYENDO
Un Príncipe Americano [ Saga MEDICOS Parte 2]
RomanceHan pasado 3 años desde la última vez que el príncipe Alexander sintió su corazón latir por una mujer, es tan mujeriego que todas las mujeres de Inglaterra quieren tenerlo. Ahora está a unos meses de casarse, pero cuando la corona de Inglaterra cayó...