La Doctora Del Rey

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Alexander

 — ¿¡Como demonios no me di cuenta de ese guardia?! Yo lo contraté para que te cuidará, no para que tratará de meterse en los pantalones de mi esposa — Alexander recargó su cabeza entre los barrotes, con los ojos llenos de furia — ¿Él te hacia sentir incomoda? ¿Te acosaba? ¿No me querías decir porque creías que me molestaría? ¡Por dios Vanessa di algo! —

Vanessa no puede hablar, no porque este enojada o muerta de miedo, pueden ser los nervios y quizá es porque no puede contener la risa al a Alexander detras de esos barrotes, en una celda como el perfecto Rey de Inglaterra, con su mirada celosa, sus mejillas rojas de cojare y sus manos aferradas a los barrotes.

— No, ese guardia no me hizo nada, jamas en mi vida lo habia visto. No te pongas celoso Alexander, el único que visita mi habitación por las noches eres tú y los niños, por supuesto — Vanessa miró de reojo al pobre guardia en la celda continua, se toma la nariz y la sangre baja por su cara — Aunque lo más sensato y maduro seria pagarle los gastos del hospital al guardia, le rompiste la nariz Alexander —

— ¡No! No voy a gastar ni una maldita libra en el hombre que te estaba espiando — Alexander soltó un suspiro cansado y la furia se fue de su voz — ¿Ya me vas a sacar de aqui? Esto es... bueno, digamos que una celda no es el mejor lugar para un rey y su cita romántica —

— ¿Ya vas a dejar de matar a golpes al guardia? Porque no te dejaré salir si lo vuelves a golpear — Vanessa paso las manos por los barrotes y acaricio el cabello rubio de Alexander tan dulcemente para que la furia salga de él — Digamos que ser reina de Inglaterra tiene sus beneficios, y uno de ellos es que la gente hace lo que quiero —

— Si como tenerme aqui atrapado, encerrado en una celda de mala muerte como un condenado —

Vanessa soltó una carcajada de nuevo, esta vez Alexander tiene razón. Está celda es un lugar de mala muerte, pero era tenerlo aquí o dejar que siguiera golpeando al guardia. Tampoco era el mejor lugar para terminar su cita y mucho menos para sus hijas, pero no quiere irse a Buckingham y dejarlo solo aquí y las bebés son tan pequeñas que jamás se darán cuenta que están justo afuera de la celda en su cochecito para que su papá las cuide desde ahí como todo un buen papá atrapado y sonriendole a sus bebés. 

Pero Vanessa esta más emocionada que nunca, cubrió a sus bebés con una manta y se puso de puntillas para darle un beso a Alexander a través de los barrotes. Poco le importa que los policías le miren las piernas o que su vestido se levante un poco, lo quiere tanto que tampoco le importa darle un beso incómodo como un amor criminal.

Vanessa sonrió ampliamente al ver las mejillas sonrojadas de Alexander y sus labios rojos por el labial. Se ve jodidamente adorable.

— Lo ibas a matar Alex, por un momento creí que lo arrojarías por las escaleras, me gusta que me defendiera pero no que lo golpearas brutalmente  — Vanessa lo volvió a besar en la mejilla — Quiza el guardia llego en un mal momento, cuando tú, ¡Dios ya sabes! Cuando me estabas haciendo feliz otra vez con tus manos en mi ovejita —

— Él estaba ahí viendonos— Alexander entrecerro los ojos furioso de nuevo  — ¡Viendote! —

— ¿Viendome como en una pelicula porno? Porque eso estábamos haciendo, una escena porno — Vanessa se sonrojo al recordarlo por completo, sus gemidos, sus senos al aire, Alexander en medio de su piernas moviendo su mano para hacerla feliz. — ¡Diablos, si es bastante vergonzoso! Me vio con los senos al aire, con las pantaletas en las rodillas y haciendo ruidos como estrella porno. También me gustaría golpearlo —

Vanessa se avergonzó terriblemente y se cubrió mejor con el saco de Alexander, es horrible que ese hombre la haya visto esa parte de ella, cuando Alexander es el único que la conoce en esos momentos. Quisiera ir y romperle un par de costillas por estarla espiando y no irse cuando los vio tan ocupados, pero eso sería una locura y ella también terminaría en una celda, así que solo suspiro y tomó la bolsa de las hamburguesas para dárselas a comer a Alexander, antes de que su hombre se muera de hambre.

Un Príncipe Americano [ Saga MEDICOS Parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora