Un Príncipe Americano [ Saga MEDICOS Parte 2]

El pequeño Alex

Nota de la autora.

¡Capítulo nuevo!

Pobre de Alexander el quiere que jueguen con su pequeño Alex y le tocó una hija tan experta como el FBI, jajaja cuando yo era pequeña era igual, siempre seguía a mis papás, ahora que soy grande, reconozco que si era muy molesto.

¿Alguien más era como Helena con sus papás?

De verdad estoy muy emocionada solo de imaginar esa cena especial. Claro que usted ya saben quién es esa pelirroja y perfumista.

¿Creen que salga bien esa cena?

😊🤣😊🤣🤣

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Alexander

— Papi. — las pequeñas manos de las gemelas, dejan pequeños golpecitos en sus mejillas — Papi —

Antes cuando Alexander era soltero, mujeriego y aún no conocía a Vanessa, su manera de despertar a medianoche era muy diferente a la de ahora. Se despertaba con un par de chicas desnudas a su lado, con ropa interior regada por el suelo y su manera de despertar era al sentir los labios de una de esas chicas al hacerle sexo oral.

Ahora, tiene tres formas de levantarse, la primera es si su insaciable ductora quiere hacer cosas depravadas a mitad de la noche, la segunda es si Helena quiere que lo acompañe al baño y la tercera es por asuntos de la Corona.

— Papi —

Pero cuando volvió a escuchar esos horribles balbuceos e intentos de palabras, se despertó por completo, los ojos azules de sus gemelas lo miran expectantes, son tan pequeñas, regordetas, con sus diminutas pijamas blancas, sus gorros de conejito y sus boquitas rojas, de las cuales salen pequeños balbuceos que para otra personas, sería solo, eso balbuceos, pero para Alexander esos balbuceos le dijeron papá.

Se supone que un buen rey de Inglaterra no es tierno, no romántico y mucho menos sensible, pero no pudo evitar sentirse jodidamente emocionado al ver a sus gemelas. Ahora ya entiende porque todos los papás tiene caras de enamorados al ver a sus bebes.

Pero el siente que su corazón se infla al ver a sus bebés sobre su pecho, tratando de llamar su atención. Quizá tenían miedo al pensar que estaba muerto. No puedo evitar soltar una carcajada, seria una estupidez morir por un par de nueces. Así que levanto la mirada para buscar por esa habitación oscura a la chica que intento matarlo.

Tomo asiento en la cama con las gemelas recargadas a su pecho y observo a esa guapa doctora dormida hasta el otro extremo se la cama, abrazada a su pequeña bebé. No le gusta que duerma con esas amplias camisas de sus series favoritas, le gustaría más que durmiera desnuda, pero con niños eso es imposible.

Removió las sábanas y se acercó a ella, paso su brazo por su pequeña cintura para sentir el calor de su cuerpo, la blusa penas cubre sus muslos, Alexander pasó sus manos por sus piernas consciente de que si sube un poco más podrá tocar esa dulce manzana que siempre lo hace sentir muy bien. Se pegó a su cuerpo para que su su doctora asesina se de cuenta que no esta ni muerto, ni enfermo y mucho menos molesto, quiero que sus blancos muslos sientas que el pequeño Alex está listo para practicar bebés de nuevo.