Vanessa
Vanessa dejo caer su gorro al piso antes de salir de la cirugía, esta molesta con ella y con nadie más, su mente no se ha podido concentrar durante la cirugía. Aún puede seguir escuchando las máquinas cesar su trabajo y a las enfermeras preparar el cuerpo.
No todo el tiempo puede ser la exitosa doctora que quisiera, en ocasiones todo sale mal y termina en la muerte de una persona.
— ¿Esta bien doctora? — Vanessa se inclinó sobre el barandal de cristal, le permite una buena vista de todo el hospital. Agachó su cabeza.
— Si — sonrió con tristeza — Los cirujanos siempre estamos bien —
Pero aquella persona no se movió de su lugar, de hecho se acercó más, con mucha confianza puso su mano sobre su delicado hombro.
— ¿De verdad no me reconoces? ¿Tan viejo estoy? — Vanessa arrugó la frente y giró su cabeza al reconocer la voz de Angus, si antiguo jefe y en tan solo un segundo se hecho a sus brazos.
— Creí que aún seguías en Zurich. Te juro que pensaba visitarte, pero después de la muerte de Aiden y... — Angus le palmeo el hombro.
— Lo se, ganaste un premio y se cuanto tiempo quita eso. Estoy muy orgulloso de ti, todos en Zurich estamos felices — Vanessa mostró su mejor sonrisa — Pero como vez, soy un hombre viejo, quiero retirarme de los hospitales. Por eso tengo una propuesta para ti —
— Quiero que seas la directora de neurocirugía. Todos estarán bajo tu mando. Te necesito en este hospital —
Por supuesto que es su sueño, le gusta ser la mejor en todo el hospital, pero ya tiene otra vida hecha, lejos de los ajetreados pasillos del hospital.
— Te lo agradezco. Mi vida está en Boston, Angus, allá enseñó a nuevos médicos, me gusta ese lugar —
— Boston es una buena ciudad y se que te gusta enseñar pero estamos hablando de Londres y no es cualquier lugar, es el centro del mundo — la tomo por los hombros — El hospital general de Londres será solo para ti. La sociedad médica piensa invertir en todas tus ideas. ¿Quieres un buen consejo? Quédate con el puesto —
Vanessa lo miro a los ojos nerviosa. La oferta es demasiado buena, es lo cualquier médico querría ser y no tiene el valor de rechazarla. Quiere estar al mando de nuevo, necesita tener de un hospital bajo su control. Le gusta operar y ver sangre.
— Acepto Angus —
La única razón por la que tiene que regresar a ese lugar, si a Boston, es porque ahí está enterrado el cuerpo de su bebé y no quiere y no puede dejarlo solo. Porque es su mamá y su deber es cuidarlo para siempre, aunque en su tumba ya solo halla huesos, ese bebé era parte de ella.
Barbara siempre le dice que debería de olvidar al bebé ¿pero como podría hacerlo si aún guarda el oso de peluche en su bolso?
Al llegar a su casa lo primero que huele es el perfume del principe en cada rincón de su cama. Siente que todo huele a él, literalmente tiene el olor a su perfume hasta en la ropa de sus sobrinos. Fue un error dejarlo entrar en su vida. Ahora la pequeña Abby no deja de hablar sobre él y lo bueno que fue su día como una princesa. Quebrantó toda la fortaleza que tenía, ni la mejor terapeuta la preparó para el momento de verlo de nuevo, se siente tonta y cobarde por no gritarle lo que se merece y su cabeza es un nido de arañas. No tiene un corazón débil como las demás mujeres. Él la hizo sufrir y se las pagará.
— ¿Mamá si dejaste las flores como te dije? — le pregunto a través del celular, lo sostiene con una mano y con la otra trata de cerrar su ajustado sostén.
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Un Príncipe Americano [ Saga MEDICOS Parte 2]
RomanceHan pasado 3 años desde la última vez que el príncipe Alexander sintió su corazón latir por una mujer, es tan mujeriego que todas las mujeres de Inglaterra quieren tenerlo. Ahora está a unos meses de casarse, pero cuando la corona de Inglaterra cayó...