Un Principe Mujeriego

11.3K 861 542
                                    

Alexander

7 años antes.....

— Alexander estoy embarazada — La voz de Camile apenas es un hilillo, parece nerviosa y asustada — Yo...yo me hice una prueba de embarazó y es positiva, vamos a tener al heredero a la Corona, será él próximo rey —

Alexander miró a Camile como si se hubiera vuelto loca. Su noche hubiera sido perfecta si esa chica de cabello rubio que lo sigue a todos lados no hubiera abierto la boca. Detuvo su auto deportivo cuando la luz del semáforo se puso en rojo y cerró las manos con furia al rededor del volante, se supone que debería actuar como cualquier hombre que estaba a punto de tener una orgía con dos chicas rubias que están sentadas en el asiento trasero de su auto, debería seguir bebiendo alcohol con su amigo y ser ese príncipe que nada le importa y que vuelve locos que los policía de Zurich cuando tratan de alcanzar su auto deportivo.

Alexander sabe que le encanta él sexo pero definitivamente no le gustan las consecuencias que salen de esto, como los bebés. Él siempre tiene sexo con protección con Camile y con cualquier otra mujer, sabe que en algún momento tendrá que tener a un heredero, pero detesta a los niños y de eso no hay duda, odia sus malditos llantos, sus jodidas risas tontas y aún odia más ver a las mujeres embarazadas. Ni siquiera puede mirar a Camile, está sentada junto a él pero el simple hecho de ver su vientre lo hace sentir jodidamente molesto, furioso y llenó de rabia.

Alexander siente que se va a morir del coraje, se pasó las manos por el cabello y por fin se dignó a ver a esa chica con él rostro llenó de lágrimas, Camile esta recargada en su asiento, su rostro está llenó de miedo y sus manos están aferradas a su vientre, esa chica que está llena de lágrimas algún día será la reina de Inglaterra

— ¡¿A quién demonios le dijiste de esto?! — Camile se aterrorizó por su gritó y sus amigos guardaron silencio — ¡¿Le dijiste a la reina sobre esta maldita cosa?! ¡Responde de una puta vez Camile! —

Camile es una mujer que jamás tardamudea pero está vez lo hizo, su voz está llena de miedo.

— Yo...yo no le dije a nadie, nadie sabe de mi embarazó — Camile sonrió con esperanza y lo tomó de la mano para ponerla sobre su vientre — Aún es muy pequeño, pero es fuerte como todos los reyes, puedo irme a Escocia y pasar mi embarazó allá hasta que podamos casarnos y nuestro hijo sea él heredero — Los ojos de Camile se llenaron de felicidad — Mi bebé y yo lo necesitamos Alteza

Los ojos azules de Alexander brillaron, no por felicidad al convertirse en padre, sino de una maldad pura, alejó violentamente su mano del vientre y las aferró al volante, quizá él alcohol no lo deja pensar en la locura que está a punto de cometer, aceleró su auto de forma violenta y sonrió con malicia al ver él rostro asustado de Camile.

— No te irás a Escocia, jamás tendré un heredero a la Corona qué me moleste como un maldito bicho y jamás volverás a estar embarazada de mi —

Y en menos de un segundo su auto se estrelló contra otro de forma salvaje y violenta. Alexander jamás se había importado por nada, es él príncipe heredero y todo se le perdona, pero cuando vio todo a su alrededor, él alcohol en su sangre se fue y se arrepintió al momento. Su amigo está casi muerto, ese par se chicas rubias están inconscientes, Camile llora y se toca él vientre con dolor y él, bueno, terminó en un hospital al que solo fue porque regresar a Londres sería un regaño seguro por parte de su abuela.

Alexander jamás se había atendiendo en un hospital de gente pobre, él tiene su médico personal, no tiene nada que hacer en esté lugar, pero está aquí porqué su error lo llevó a éste hospital de Zurich, la gente lo trata como si fuera de cristal, no quieren que le pase nada al príncipe, los doctores no lo miran a los ojos, las enfermeras le coquetean descaradamente, Camile está aferrada a su cuello llorando desconsoladamente, pidiéndole que se vaya con ella a Inglaterra, con ella y con él bebé, quiere que la cuide en su delicado estado de embarazó y aún así no le pone atención, Alexander sólo quiere saber porque esa doctora que está recargada en la puerta no lo mira con deseo o como si fuera algo magnifico, esa rubia de ojos bonitos lo mira como si fuera él hombre más estúpido y aburrido del planeta.

Un Príncipe Americano [ Saga MEDICOS Parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora