Una damisela Caliente

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Christian

— ¿Papá ya nos vas a llevar al parque?

Christian frunció el ceño y jugó de nuevo con esos soldados que tiene de pie junto a la ventana, lleva insistiendo toda la semana para que su papá pasé un tiempo con él y su hermano Andre, él cual está acostado en el sillón mirando un gran libro de cuentos, pero los dos están muertos de aburrimiento, ni siquiera sus juguetes los divierten, su mamá no está y no hay hermanas a las cuales molestar, le gusta hacer enojar a Helena al tomar sus muñecas y a las gemelas al quitarles la comida porqué son cómo pequeños demonios corriendo y llorando, soltó un largo suspiró llenó de cansancio.

Su papá está en medio de muchos viejos señores, todos están a su alrededor y hay una infinidad de papeles, hay tantas personas en el despacho de su papá, que él no les pone atención, los abandona como dos perritos de la calle

— Papi por favor, estamos muy aburridos y dijiste que iríamos al parque contigo —

Su papá los volteó a ver a los dos, dejó sus papeles a un lado y se recargó en su asiento sin dejar de mirarlos

— Ya saben que no me gustan esos lugares, pero su nana puede llevarlos, ahora mismo le diré que los llevé a ese parque —

Las mejillas de Christian se pusieron rojas a punto de llorar porqué él solo quiere estar un ratito con su papá.

— ¿No tienes dinero para las entradas? — Preguntó Andre buscando en los bolsillos de su pijama — Abuelita me dio dos libras por barrer su casa, con eso podemos comprar nuestras entradas, unos muñecos, unos disfraces, dulces y unas cervezas de mantequilla —

Su papá soltó una fuerte carcajada, como si Andre hubiera dicho una tontería muy graciosa, lo hizo reírse tanto que lo obligó a ponerse en pie y acercarse a ellos. Su papá es tan alto que al estar junto a ellos parece como si los fuera a regañar, pero no, su papá nunca los regaña, él siempre juega con ellos y hacen travesuras para hacer enojar a mami. Su papá sonrió ampliamente haciendo suspirar a esa asistente que Christian odia al igual que su mamá. 

— ¡¿Dos libras Andre?! Me temo que con ese dinero no alcanzas nada, mucho menos tú cerveza de mantequilla, qué esperó que vendan en versión para niños, sino olvídalo — Su papá se inclinó sobre ellos y les revolvió el cabello rubio a los dos — Vamos niños, yo tengo mucho trabajo, ya se que les había dicho que iría, pero no puedo y no me gusta verlos aburridos, así que su nana y mi guardia los llevarán, le daré todo el dinero que necesiten —

Christian no pudo soportar el llanto, odia a los guardias de su papá y no le gusta su nana, por eso quiere muchísimo a su mamá, porqué ella siempre sale con ellos a todas partes, quizá por eso está llorando, porque extraña muchísimo a su mamá y a sus hermanas. Su papá le limpió las lagrimas.

— ¿Sabes que lloras igual a tú mamá? — Su papá lo besó en la mejilla — Dios, son idénticos a ella, pero no me gusta verlos llorar, lo siento muchísimo pero esta vez no puedo ir —

Christian no pudo más y se arrojó sobre él pecho de su papá para llorar sobre su hombro, los asesores dicen que los príncipes no lloran, pero su mami le enseñó a llorar cuando se sienta triste, lloró tanto que Andre también no pudo más y se arrojó sobre su papá.

— Nosotros queremos que nos lleves al parque de Harry Potter, no nos portaremos mal — Dijo Andre con la voz entrecortada, pero su papá negó con la cabeza y tuvo una gran idea — Entonces si vas con nosotros y nos das cien libras te decimos que doctor molesta que mi mami —

Un Príncipe Americano [ Saga MEDICOS Parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora