Alexander
Alexander se ha hecho un experto en hacer mil cosas a la vez, no lo era, la verdad es que antes poco se interesaba por la vida de los demás, sólo le gustaba gastar dinero a lo loco, presumir que era el príncipe porque no tenía responsabilidades y tener sexo con desconocidas cada noche.
Y lo niños, dios, los odiaba, detestaba a todos esos seres horribles y pequeños como extraterrestres molestos, siempre los hacía llorar con cuentos terroríficos y siempre hacía de todo para que los bebés llorarán, los detestaba con locura porque en ese tiempo Alexander estaba seguro que jamás en toda su vida tendría hijos, pero el maldito karma le calló la boca por haber sido un condenado mujeriego y le dió seis niños para pagar su karma, si tan solo le hubieran dicho que tendría un niña así de malvada como Helena, se habria puesto condón, pero aunque su hija lo cele y lo haga enojar, aun asi la quiere demasiado, pero ahora ya no es un príncipe inmaduro, sino un rey con muchas responsabilidades, esposo y papá.
Así que es un jodido todologo.
Pero ser rey también significa que los asesores lo sigan por todo el palacio como malditas ánimas en pena interrumpiendo sus momentos íntimos entre familia, no lo dejan ni disfrutar un minuto, menos ahora que Londres está hecho una locura, Alexander no solo tiene que resolver los problemas de su ciudad, sino que también tiene que darle de cenar a sus hijos, como un buen papá, que no piensa todo el tiempo en sexo, quizá es mejor que siga dándole de comer a sus hijos, porque no es bueno que piense así de la madre de sus hijos.
Ciertamente a Alexander le gustaría estar metido en la cama con Vanessa, disfrutando de sus placeres femeninos, pero con niños es muy imposible penetrar esa entrepierna que lo vuelve loco, y si de una cosa está seguro, es que si quiere toda una maldita noche para hacer el amor, tiene que irse de aquí a cualquier jodido motel de Londres, es más, está tan desesperado por hacer el amor que no le importaría hacer el amor en la calle, de todos modos hacer el amor con peligro es más divertido.
Así que oculto el placer detrás de sus brillantes ojos azules y le sonrió ampliamente a sus hijos mientras los ve sentados en la cocina esperando su cena. Es un pésimo cocinero, lo sabe, porque lo único que pudo prepararles a sus hijos fue un cereal con leche y galletas, para él eso ya es suficiente, si intenta cocinar algo, quemará la cocina. Alexander soltó una carcajada al ver a su sus bebés con las boquitas llenas de papilla, sus gemelas son preciosas, con sus mejillas llenas de comida y tiernamente gorditas, sus bebés le llenan las mejillas de comida con sus manitas y sus asesores parecen que se quieren morir, pero a Alexander poco le importa, es mas, le parece jodidamente divertido ver a sus regordetas bebés llenas de comida.
— Majestad, ya está todo listo — Alexander dejó de darle papilla a sus bebés y levantó la mirada para ver a los asesores de pie en la cocina — La prensa lo espera en la sala principal del palacio
Alexander asintió y miró a sus hijos sentados en la cocina con sus extrañas pijamas de caricaturas raras, no le gusta tener que dejarlos ahí solos en la cocina, menos cuando todo es una locura, se limpió las mejillas llenas de papilla y limpio la boca de sus hijas mientras observa de reojo a sus trillizos y la cara extraña de Helena al mirar su cena.
— No me gusta este cereal — Helena alejó el cereal lo más posible de ella — ¿Podemos llamarle a la abuela? Ella si cocina rico —
Alexander soltó una carcajada, al parecer tiene que agregar un defecto más a su lista: no sabe cocinar porque su hija parece a punto de vomitar, con sus ojos entrecerrados y cubre su boquita al ver el cereal, Alexander se acercó a los trillizos y les removió el cabello rubio para hacerlos enojar, le encanta hacerlos enojar porque es como tentar al diablo.
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Un Príncipe Americano [ Saga MEDICOS Parte 2]
RomantizmHan pasado 3 años desde la última vez que el príncipe Alexander sintió su corazón latir por una mujer, es tan mujeriego que todas las mujeres de Inglaterra quieren tenerlo. Ahora está a unos meses de casarse, pero cuando la corona de Inglaterra cayó...