Diferente al resto

prologo

Un pequeño esqueleto monocromático de 8 años, caminaba entre los árboles, con sangre en sus ropas Y una mirada perdida.

Arrastraba un cuchillo súper largo para su tamaño, su rostro podía mostrar lágrimas secas y pequeñas gotas de sangre.

Con una herida en su mejilla derecha, la cual sangraba, pero parecía que había dejado de hacerlo con mucha intensidad.

Iba Repitiendo a cada rato de que se callara aquella voz en su cabeza.

El pequeño no se dejaba dominar por el miedo, era como si.... Hubiera vivido algo peor que el miedo o el sufrimiento.

Se detuvo.

Había llegado a un lugar que no conocía.

No sabía que hacer, aquella voz se había quedado callada.

Pero ahora el monocromático estaba solo.

Ni siquiera se podía escuchar las hojas con el viento, ni los animales nocturnos.

Era solo silencio y oscuridad.

-Chara...? -pregunto el pequeño.

Soltando el gran cuchillo.

Estaba en un lugar, que parecía un camino y a lo lejos estaban los demás árboles.

De repente vio una luz.

Giro para verla. No se movío.

En aquel momento Pensaba que moriría.

Especialmente al ser atropellado.

Dejándolo inconciente.