ST - Capítulo 64

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– Me encanta como suena eso.

Sí, me encantaba que me dijera así, saber que yo era su amor, él era mi corazón, el motor de mi vida. Me fascinó que sugiriera que nos bañáramos juntos y lo hicimos de una manera sublime, con cada gesto, mi amor por él se intensificaba. Después de vestirnos y peinarnos bajamos al comedor, donde ya se encontraba toda la familia. No podían faltar los clásicos comentarios de Emanuel y hasta le dio lata a Gabriel, que me encantó su amenaza de subir un video de él a la red para que vieran como consentía a su esposa, ni quien se lo imaginara con lo rudo que es en el campo de fútbol. Al terminar, le mostré a Erick el resto de la casa, le indiqué de quien era cada recámara y luego entramos la biblioteca, la cual tenía varios cuadros pintados por mi madre.

– Qué hermoso pinta tu madre – exclamó mirándolos maravillado.

– ¿Y tú como sabes que los pintó mi mamá? – pregunté sorprendido.

– Porque aquí dice – respondió señalando la ininteligible firma.

– Eres muy malo mintiendo, ¿lo sabías? – dije abrazándolo por detrás.

– Bueno, yo también sé algunas cosas tuyas, señor vicepresidente de la fundación Pimentel.

– Con que me googleaste, ¿eh?, ¿cuándo? – cuestioné dándole un beso en el cuello.

– Cuando supe tu nombre y quedaron rotas las reglas, necesitaba saber más de ti.

Así que él estaba igual que yo, también quería saber todo sobre mí, claro que había usado métodos más tradicionales, la verdad a mí no se me había ocurrido que podría conseguir información de el en esa página. Ambos estábamos locos el uno por el otro y lo ignorábamos, los dos teníamos nuestros propios miedos y demonios, quizá nos pudimos ahorrar tantas cosas de haber sido sinceros desde un principio, pero, ¿Cómo podíamos serlo con las reglas de por medio? Me agradó tanto saber eso, me sentí menos psicópata, tal vez algún día le contaría que la había mandado investigar, sólo esperaba que me comprendiera.

Erick fue a la habitación de Gabriel para que lo arreglaran y yo me dirigí a la terraza, ahí estaba mi padre, Emanuel y mis tíos, así que me puse a platicar con ellos, les conté que ya tenía novio y me felicitaron. Después entramos a la sala, donde se encontraba la amiga de Gabriel que no tardó en acercárseme.   

MI ARDIENTE TENTACIÓN - JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora