Capítulo 47

427 42 6
                                    

–En serio que no puedo, además, recuerda que Fran nos vio ayer juntos, seguro no lo creería– respondí enmarañando aún más su cabello.

–Ni, no debe preocuparte el quedarte sin trabajo, yo tengo muchos contactos, podría recomendarte en la mejor agencia de Nueva York–

–Te lo agradezco mi amor, pero prefiero ganarme las cosas por mí mismo, no quiero que digan que si tengo trabajo es por ti y no por mi talento.

Me sonrió, deslizando su dedo pulgar por mis labios y luego me besó en tanto su mano bajaba aún más allá de la cintura haciendo que mi pulso se elevara mientras sentía como su cuerpo reaccionaba debajo del mío.

–Jo, por favor, tengo que meterme a bañar– objeté en un susurro.

–Sólo otro beso, ¿sí?– respondió dando la vuelta para quedar sobre mí.

–Te prometo que será rápido– musitó en mi oído y luego lo lamió.

–Aún nos queda la noche de hoy –exclamé acariciando su espalda.

–Faltan muchas horas– dijo entrando en mí nuevamente.

–Dijiste que... ah... sólo un beso...– señalé con la voz entre cortada moviéndome a su ritmo constante.

–No puedo evitarlo... tengo hambre de ti...–agregó moviéndose más rápido y besándome frenéticamente en tanto mis uñas recorrían su espalda.

–En serio... ¿no te tomas nada?– pregunté sintiendo aún más la intensidad de sus movimientos dentro de mí.

–No cariño... tú eres mi única droga.

Embistió en mí unas veces más hasta que exploté e instantes después él lo hizo también y luego volvió a besarme en los labios.

–Buenos días, amor– exclamó mirándome y sonriendo.

–Buenos días, cariño, ¿ya puedo ir a bañarme?

– ¿Es necesario?

– Sí, ya te dije que debo ir a trabajar.

–Está bien– se acostó a un lado y me levanté de la cama – ¿Quieres que te lave la espalda?– añadió en tono sensual.

– Hoy no, tengo que ducharme rápido y sé que contigo sería imposible –respondí entrando al baño y cerrando la puerta sintiéndome feliz como nunca antes.

Había sido el mejor despertar de toda mi vida, me volvía loco cuando me decía cosas lindas y más cuando pronunciaba esas dos extraordinarias palabras que me hacían flotar, pero no sólo que las dijera sino que me lo demostrara, Joel me amaba tanto como yo a él, ayer me lo había dejado muy claro con todas sus actitudes.

Salí del baño con una toalla en la cintura y lo vi acostado en la cama boca arriba, con sus manos detrás de su cabeza, me sonrió al verme, yo le devolví la sonrisa y abrí el closet para sacar la ropa que me pondría, sentí que me abrazó y me dio un beso en el hombro y luego recargó su cabeza.

–Qué bonito cantas– exclamó haciendo que me sonrojara.

–Oh dios, que vergüenza que me hayas escuchado.

–Er, ¿cuántas veces he recorrido tu cuerpo desnudo sin ningún pudor y te avergüenzas porque te escuché cantar?–dijo en tono divertido y más me sonrojé.

–Es que no lo hago bien y no me gusta que me escuchen.

–Claro que lo haces bien, te hace falta un poco más de confianza en ti mismo.

–Creo que necesitas que te revisen los oídos o bañarte mejor.

–Me encanta tu sentido del humor.

–Ya déjame vestir que no te encantara verme de malas.

–No importa, ya sé lo gratificantes que resultan las reconciliaciones.

–Amor, apenas tengo el tiempo justo para llegar a la hora exacta.

–Está bien–me dio un beso en la cabeza. – ¿Almorzamos juntos?– añadió soltándome.

–Tengo que ver primero mi agenda, a ver si no tengo otro compromiso– dije divertido mientras me quitaba la toalla para ponerme el boxer.

–Está bien licenciado, esperaré su llamada– respondió en tanto terminaba de abotonar mi camisa.

– ¿Te quedarás aquí todo el día?

–Si no te molesta sí.

–Por supuesto que no me molesta.

Terminé de vestirme, me peiné rápidamente, me puse los zapatos y tomé mi maletín. Joel se puso la misma ropa del día anterior y me acompañó a tomar un taxi, me dio varios besos en la boca como despedida y casi tuve que empujarlo para poder subir al auto. "Te amo", gesticulé dentro del taxi y le mandé un beso con la mano que él cachó en el aire y se llevó su mano a su boca "yo también te amo" alcancé a leer en sus labios antes de perderlo de vista.

MI ARDIENTE TENTACIÓN - JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora