Capítulo 37

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– Sí, justamente. ¿Qué novedades hubo?–

–Como siempre de responsable, yo no tendría ganas de trabajar después de unas maravillosas vacaciones como las que pasaste–

–La vida es un equilibrio– respondí sonriendo al acordarme de Joel.

Era miércoles por la tarde y no había tenido noticias de él, lo cual me tenía muy nervioso ¿Y si no estaba en un viaje de negocios? ¿Y si todo lo que me había dicho era mentira con tal de seguir acostándose conmigo? ¿La secta esa sólo existiría en Estados Unidos o también en Europa? Mi corazón se oprimió ante la idea, no podía imaginármelo en los brazos de otro.

Fui devuelta a la realidad cuando tocaron la puerta, levanté la vista y era un chico con un paquete, lo hice pasar, me lo entregó y firmé un par de hojas de recibido.

Curioso, lo abrí, no traía remitente, me encontré con un estuche cuadrado y lo abrí, era un hermoso reloj. Tomé la nota del interior y ansioso la leí.

"¡¡¡Feliz cumpleaños cariño!!!
Sé que el regalo llega retrasado, pero ignoraba que el día que nos conocimos era esa fecha tan especial y ahora que lo sé no quise que pasara desapercibido. Espero que te guste. Sigo contando las horas que faltan para volver a vernos, creo que son como mil, te mando muchos besos, repártelos en tu cuerpo como quieras.

Tuyo, Joel Pimentel"

Una enorme sonrisa se dibujó en mi rostro, jamás me imaginé semejante sorpresa y sus palabras me arrancaron una risita, eran las mezclas exactas de él, tiernas, pero con un toque de sensualidad, eso era lo que más me gustaba de él, esa combinación de ternura y sexualidad, simplemente lo hacía irresistible y me hacía enloquecer.

Al día siguiente al abrir mi correo electrónico del trabajo, sorpresivamente, me encontré con un e-mail suyo y mi corazón latió a toda prisa, el asunto decía Hola lindo Erick y lo abrí inmediatamente.

"Seguro pensaste que ya me había olvidado de ti y que todo lo que te dije eran mentiras, pero déjame aclararte que te equivocaste, en primera, quería que tu regalo fuera una sorpresa, ¿te gusto?, y en segunda, tuve que escribirle varios mails a Gabriel antes de que me diera tu correo porque no podía creer que no lo tuviera.
Pero, ahora ya no te podrás librar de mí porque diario te estaré enviando al menos uno y ojala que podamos chatear, ¿tienes webcam en casa?

Te extraño y te mando muchos besos.

Tuyo, Joel"

Sonreí ante sus afirmaciones ¿Acaso podía leer mi mente? ¿Cómo sabía que exactamente eso era lo que estaba pensando? Sonreí y le respondí.

"¿Cómo puedes creer que pensara esas cosas de ti?, con todo el tiempo que tenemos de conocernos, déjame aclararte que he tenido demasiado trabajo como para pensar en cierta personita que, al parecer, se cree el centro del universo.
Es mentira cariño, te extraño muchísimo y todo el día pienso en ti, tu regalo me encantó, esa parte de mi cuerpo también te añora.

¿Por qué la pregunta de la webcam?

Yo también te extraño mucho y te mando el doble de besos.

Tuyo, Erick"

Era viernes por la tarde, después de salir de la oficina me dirigí al centro comercial, dado la insistencia de Joel de querer verme porque no se conformaba con las fotografías que le había mandado, iba comprarme una webcam y aprovecharía para ver los trajes a ver si encontraba uno adecuado para la boda de Gabriel.

Salí de la tienda de tecnología y fui recorriendo las tiendas de ropa, pero no encontraba algo propio para la playa.

Decidí subir al siguiente piso y tomé las escaleras eléctricas, al llegar arriba me detuve en una tienda de zapatos, también debía comprarme unos.

De pronto, escuché una voz infantil que gritó mi nombre, volteé y era Max que corría a mi encuentro sosteniendo en una de sus manitos un oso que me resultó muy familiar...

MI ARDIENTE TENTACIÓN - JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora