ST - Capítulo 79

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Me estacioné en mi lugar acostumbrado y luego lo ayudé a bajar, entrelazamos las manos y caminamos hacia el ascensor, un par de ancianos también lo estaban esperando y nos saludaron. Subimos los cuatro y ellos bajaron en el segundo piso, mi departamento está en el noveno así que Erick y yo seguíamos subiendo, nuestras miradas se cruzaron un instante y eso bastó para que ambos levantáramos la mano al mismo tiempo y apretáramos el botón para detener el elevador.

Nos besamos desesperadamente en tanto nuestras manos se deshacían de nuestras prendas, el abrigo cayó al suelo igual que mi camisa, seguidos por mi pantalón y mi bóxer. Erick lamía mi torso al tiempo que deslizaba su mano a lo largo de mi dureza, yo terminé de desnudarlo y llevé dos de mi dedos a su entrada, el me mordió un pezón al sentir como lo invadían, con su lengua fue subiendo hasta llegar a mi cuello que mordisqueó, yo lo tomé de las nalgas y él me rodeó con sus piernas, entré en su centro y comencé a moverme presurosamente en tanto mi pequeño se aferraba a mi espalda y susurraba mi nombre acompañado de suaves gemidos que aumentaban de volumen a medida que yo incrementaba la velocidad de mis embestidas. Entrelacé mis manos a las de él y las puse a los costados de su cabeza, sobre la esquina en la que nos encontrábamos, me moví con urgencia, estábamos a punto de llegar y cuando yo lo hice no pude contener el impulso y mordí el hombro de Erick que gritó.

– Perdóname, no quise lastimarte – exclamé avergonzado aún con la voz retorcida.

– Tranquilo, no me has lastimado – aseguró absorbiendo mi labio inferior en su boca.

– Me vuelves loco.

– Tú me tienes loco desde el primer instante que te vi, te amo.

– Yo también te amo.

Nos besamos y después nos vestimos, terminamos de subir los pisos que nos faltaban y finalmente llegamos a mi departamento, Erick se quedó boquiabierta al ver el camino de pétalos de rosa, lo siguió y llegó hasta el jacuzzi de mi habitación, que estaba rodeado de velas que fui encendiendo poco a poco, cuando terminé abrí la llave del agua para que se llenara, me acerqué y lo abracé.

– Joel, todo esto es tan hermoso – exclamó emocionado rodeándome por el cuello con sus manos.

– Quería que esta noche fuera muy especial, diferente.

– Contigo todas las noches son especiales y diferentes.

– Tendré que seguir esforzándome.

Le di un corto beso en los labios y después tomé el recipiente que tenía pétalos y los eché sobre el jacuzzi, luego vacié un poco de jabón y por último destapé el champagne y lo serví en dos copas, le ofrecí una y le di otro beso.

– Por nosotros, que nunca se nos termine el amor ni la pasión – dije chocando su copa.

– Que estemos juntos toda la vida y más allá de ella, te amo.

– Te amo corazón.

Nos bebimos el líquido y después nos besamos apasionadamente, me separé para cerrar la llave y al girarme ­­­­Erick ya estaba completamente desnudo, me maravillé mirándolo y vi una vez más el parche anticonceptivo que empezó a usar después de aquella vez que pensó estar embarazado, mi niño aún no estaba lista para ser mamá, pensaba que aún era muy joven para eso, luego de contarme la historia de sus padres entendí que lo que en realidad tiene es miedo de serlo y de fallar, ya le demostraré yo con el tiempo que será una labor que no hará solo, yo lo ayudaré y juntos seremos los mejores padres, como lo han sido los míos.

MI ARDIENTE TENTACIÓN - JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora