ST - Capítulo 37

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Fui a mi habitación y primero hablé con mi contacto del estadio y le pedí cuatro pases para el palco familiar. Después le marqué a Andrew, sonaba y sonaba, pero no me contestaba, estaba a punto de colgar cuando finalmente respondió.

– Hola Joel, ¿cómo estás? – contestó un tanto agitado.

– Bien, ¿y tú?, ¿interrumpo? – pregunté serio ante la posibilidad de que estuviera con Erick.

– No para nada, ¿en qué puedo ayudarte?

– Quiero invitarte al partido de los gigantes del lunes por la tarde, ¿puedes?

– Claro, hace mucho que no voy a un partido en vivo.

– Pues ya está, te regalo un pase doble para palco preferencial, te los hago llegar a tu oficina el lunes por la mañana.

– Perfecto, muchas gracias.

– No tienes nada que agradecer, nos vemos el lunes – colgué feliz.

                                      ♡

Después de cenar, Ariana y yo fuimos al teatro, la obra estuvo entretenida, me gustaban los musicales y la más feliz era mi amiga que cantó todas las canciones. Al terminar, la llevé a su departamento y luego me fui al mío. El domingo no hice gran cosa, no salí, estuve tocando un rato el piano, quería escribirle una canción a Gabriel y Noah para el día de su boda, pero no encontraba la inspiración, así que sólo toqué canciones que ya me sabía.

El lunes por la mañana me llegaron a mi oficina los pases para el partido y de inmediato le mandé a Ariana los suyos. Casi todo el día estuve con la desesperación de si iría Erick con él, no quería llevarme una desagradable sorpresa como la vez de la cena, así que decidí averiguarlo, estaba afuera del edificio de Ariana esperando a que saliera cuando tomé mi móvil y le marqué a Erick.

– Hola – contestó un tanto nervioso.

– ¿Estás libre esta noche? – pregunté sensualmente para escuchar su reacción.

– No... lo siento, un... compromiso previo – eso me indicó que sí iría.

– Entiendo – respondí haciéndome el ofendido.

– ¿Podría ser mañana? – no precioso, será hoy, aunque no precisamente en el hotel, pensé.

– Quizá... buenas tardes – fue mi respuesta y le colgué.

Sonreí, al fin se había llegado el momento de terminar de mandar al demonio las dichosas reglas, hoy Erick conocería mi nombre, hoy yo entraría de manera formal a su vida y me daría una idea de cómo era su relación con Andrew y que tanto significaba yo para él.

Ariana subió al coche y me miró desconcertada, me preguntó de qué me reía y le dije que de nada, encendí el coche y nos dirigimos al estadio.

Al estacionarme sonó mi celular, era de la oficina así que lo respondí y estuve explicándole unas cosas a mi asistente, después de colgar nos bajamos del coche y caminamos hacia el palco, antes de entrar Ariana se encontró a unos amigos, los saludé y ella se quedó con ellos.

Cuando estuve dentro los vi sentados, mi corazón se disparó, saludé a Andrew que se puso de pie y me dio un abrazo, Erick estaba petrificado en su asiento, debió reconocer mi voz y sonreí. Él lo ayudó a levantarse y el de menor altura me miró sin dar crédito a tenerme de frente, al lado de su novio.

– Cariño, te presento a Joel Pimentel, uno de los inversionistas más jóvenes y exitosos del país, él es Er, hermoso, inteligente y talentosísimo hombre del mundo de la publicidad y, lo mejor, es el dueño de mis quincenas – dijo Andrew.

Pobre idiota, ignoraba que a mí me pertenecían su cama y su pasión, eso sí era lo mejor, ser el dueño de sus noches, no de sus días, aunque, claro, yo podría ser feliz teniéndolo de tiempo completo, no habría ningún compromiso de trabajo más importante que él, ni mucho menos una "princesa" que se interpusiera en el camino. Lo abrazó y eso me molestó, pero tenía que mantener mi farsa, así que agradecí de nuevo las clases de actuación y le estreché la mano que él retiró rápidamente.

– Sin que me lo tomes a mal Andrew, tienes un novio muy lindo – tenía que hacerle saber lo que pensaba y se ruborizó al escucharme.

– Oh, yo lo sé, gracias, además es un excelente chico, el único que me aguanta el ritmo de trabajo y casi no se queja, por eso trato de complacerlo lo más que se pueda – excepto en la cama o no tendría por qué recurrir a mí, pensé mientras les sonreía.

MI ARDIENTE TENTACIÓN - JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora