Capítulo 39

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Ahora comprendía tantas cosas.

Salí del centro comercial y caminé rumbo a mi casa, necesitaba un poco de aire libre.

Al llegar, me tiré en el sillón a pensar. ¿En qué momento Andrew y yo dejamos de amarnos? ¿Qué nos orilló a buscar a otras personas? ¿Por qué tenía que acabar así lo nuestro?

La puerta empezó a sonar insistentemente y escuché la voz de Andrew rogando por entrar, me levanté a abrirle, era mejor acabar con esto de una buena vez.

–Erick, por favor, escúchame– dijo suplicante al entrar.

– ¿Y qué vas a decirme? ¿Qué lo lamentas? ¿Qué fue una tontería? ¿Un momento de calentura? ¿Qué pensabas terminar conmigo y no supiste cómo para no herirme?–

–Merezco tu odio, sí, lo lamento enormemente y sí fue una estupidez, Zabdiel supo bien como envolverme, jamás me imaginé que resultara tan ruin–

– ¿Vas a echarle toda la culpa? No esperaba eso de ti, creí conocerte mejor–

–No, él no tiene la culpa de todo, no me puso una pistola para obligarme, poco a poco se fueron dando las cosas y yo jamás puse un alto, dejé que esa relación fuera creciendo y nunca vi el daño que iba a ocasionar–

–No te preocupes por mí, no te odio, no podría hacerlo cuando yo–tomé un fuerte respiro –He hecho lo mismo que tú–

– ¿Qué?– exclamó de lo más sorprendido y su cara de remordimiento cambio por una de enojo.

–No me mires de esa manera Andrew, no es momento de ponerse como el hombre mal herido– desvió su mirada y la dirigió al suelo desconcertado. –Así es, él correcto Erick se acostó con otro hombre que no eras tú y varias veces, y así como te lo confieso, también te digo que sentí remordimientos, pensaba que no te merecías algo así, jamás reflexioné que lo nuestro ya se había acabado mucho antes de que él apareciera, que nuestro amor se había esfumado sin darnos cuenta–

– ¿Quién es él? ¿Lo conozco?– preguntó serio mirándome de nuevo.

–Eso no te lo voy a decir, sólo te aclararé que no es uno de tus mejores amigos–

–Sé que fue un gran error de mi parte involucrarme precisamente con él, pero te juro que no lo planeé–

–No creo que alguien planeé engañar a su pareja, eso sí sería demasiado ruin, yo tampoco lo tenía planeado, simplemente se dio–

–Tan siquiera dime que lo amas, no soportaría que lo hayas hecho sólo por despecho a causa de mi distanciamiento–

– ¿Tú lo amas?–

–No sé, sí sentía algo, la verdad no sólo estaba con él por sexo, pero después de la faceta que hoy descubrí, no puedo querer a alguien así, alguien que fue capaz de mentir mil veces sólo por salirse con la suya, que ni siquiera le preocupa decir todas esas barbaridades enfrente de su hijo–

–Yo sí lo hice al principio por soledad, pero ahora... creo que sí lo amo–

– ¿Y él a ti?–

–Creo que también, no estoy muy seguro hace poco que lo conozco–

– Lo que sí quiero aclararte es que nunca hubo otros, lo dijo por rabia–

–Eso ya no importa Andrew, si fue el primero o el décimo, da igual–

– ¿Qué nos pasó Erick?–

–Es lo mismo que me pregunto, no sé, quizá la rutina, teníamos trazado un plan casi perfecto, pero no contemplamos otras posibilidades, pensamos que siempre estaríamos juntos y dejamos enfriar la relación, no imaginamos que otras personas se cruzarían en nuestras vidas y cuando sucedió, nos dio miedo que eso sólo fuera una ilusión y lo nuestro era algo real, un puerto seguro, como dicen, creo que sólo seguíamos juntos por costumbre y a veces eso es más fuerte que el amor–

– ¿Eso es lo que tú pensabas cuando lo conociste a él?–

–Sí– me quedé callado unos segundos –La soledad es mala consejera y al final siempre le tenemos miedo a que sea lo único a nuestro lado–

– ¿Sabes? No te culpo que hayas caído en los brazos de otro, yo me lo gané a pulso y creo que tienes mucha razón en lo que dices, tú y yo nos conocemos bastante bien, sabíamos que tanto podía aguantar el otro y me confié, sólo espero que me perdones algún día y que podamos seguir siendo amigos–

–Yo también espero que tú me perdones, creo que no debemos buscar culpables, una relación es de dos y si fracasa o triunfa es responsabilidad de ambos, creo que yo también permití que el fuego se apagara, dejé de hacer muchas cosas, incluso no te recriminaba tus ausencias, ¿cómo ibas a evitarlas si veías que a mí no me importaba?–

–Lamento mucho que lo nuestro haya terminado así–

–Yo también lo lamento, pero mejor ahora, antes de hacernos un daño irreparable, creo que con el tiempo podremos volver a ser amigos, por ahora es mejor que no nos veamos, es lo más sano si es que queremos rescatar al menos la amistad–

–Tienes razón, creo que debo estar solo un tiempo–

–Creo que yo también–

–Nos vemos Er y en verdad perdóname, yo a ti te perdono porque sé que si todo hubiera estado bien entre nosotros no hubieras andado con alguien más–

–La verdad no lo sé Andrew, eso nunca lo sabremos–

– Espero que él no te falle... conozco esa mirada Erick– guardó silencio mientras me miraba a los ojos. –En verdad espero que él te ame como tú lo amas a él, no me gustaría verte sufrir por alguien que no te valore–

–Gracias Andrew, puedo cuidarme solo y lo que tenga que pasar, pasará–

– ¿Podría abrazarte?–

– ¿Por qué no?–

Al momento de abrazarnos vinieron a mi mente tantas cosas, me di cuenta que el cariño que le tenía era sólo de amigos, ese beso que le había dado en la cocina en la casa de Las Vegas me lo había dejado claro, tenía miedo de que lo de Joel sólo fuera algo fugaz y no quería quedarme solo, ahora sólo esperaba que en verdad no se esfumara, no sabría qué hacer, me derrumbaría completamente porque lo amaba con todo mi ser, ahora terminaba por entenderlo.

MI ARDIENTE TENTACIÓN - JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora