Vi como cerraba los ojos cuando volvió a sentirme dentro de su cuerpo. Comencé a moverme lentamente en tanto le besaba el cuello y le apretaba delicadamente sus nalgas. Sus gemidos me encantaban, sin embargo, disfrutaba más de su sabor así que lo besé frenéticamente. Él se aferró a mi espalda y enrolló sus piernas en mi cintura apretándome para sentir más como lo llenaba.
Rompí el beso para gruñir, los movimientos de ambos se intensificaron, puse mis manos sobre la cama para levantarme un poco y mirar su rostro, me excitaba más ver su expresión retorcida. Deslizó sus manos a mi torso y lo acarició, se mordía los labios. Embestí con más fuerza, quería que termináramos juntos y a mí me faltaba poco, el me suplicó por más, estaba a punto de llegar también e instantes después ambos lo logramos. Abrió su boca y su grito se mezcló con el mío, era el éxtasis total, la gloria.
Me dejé caer sobre su cuerpo, en tanto nuestras respiraciones trataban de volver a la normalidad, segundos después me acosté a su lado y cuando estaba completamente recuperado me levanté a vestirme, el no dijo nada, ya había comprendido las reglas.
Estaba por retirarme cuando recordé que a la mañana siguiente viajaría, así que me detuve antes de abrir la puerta y me giré.
– No estaré disponible hasta el lunes por la noche – aclaré para evitar que me llamara y encontrará el celular fuera de servicio.
– Entiendo – respondió serio.
– Claro que siempre hay otras opciones... puedes acariciarte pensando en mí – sugerí pícaramente.
– Hasta luego.
Y salí de la habitación, no entendía porque me tomaba tantas molestias con él, no tenía por qué haberle aclarado que no estaría disponible, eso rompía en parte las reglas, no sería la primera vez que apagaría ese móvil, pero ese desconocido estaba ejerciendo en mí algo extraño y me pregunté nuevamente cómo es que había dado conmigo y por qué se había atrevido a llamarme sin saber nada de mí.
Llegué a la casa de mis padres a mediodía, no había nadie, sólo la servidumbre, subí a mi habitación y desempaqué mi maleta. Me tiré en la cama a ver televisión y me quedé dormido no sé cuánto tiempo.
La ruidosa llegada de Emanuel y Taylor me despertó, moví mi cabeza, no importaba que él tuviera 29 años ni que estuviera casado, siempre sería como un niño.
Así que bajé y los saludé, a los pocos minutos llegaron mis padres, que me abrazaron dándome la bienvenida. Más tarde llegó Gabriel con unas amigas y poco después, Alex que la abrazó efusivamente.
Cenamos y estuvimos platicando largo rato, mi pequeño hermano estaba más que emocionada porque al día siguiente haría oficial su compromiso con su novio. Me fui a acostar, pero no tenía sueño, entonces me puse a leer mientras escuchaba música.
Obviamente no oí cuando abrieron la puerta, me di cuenta que había alguien en mi habitación cuando me quitaron el libro de las manos. Era Ruby, una amiga de Gabriel, de la cual yo sabía plenamente que sentía algo por mí, me miraba seductora, traía puesto un short y una polera de tirantes ceñida al cuerpo, se mordió un dedo y vi el deseo en sus ojos, estaba determinada a seducirme esa noche y yo sonreí.
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Holaaa...
Como están? ♥
Les cuento que en mi país acaban de suspender las clases por el coronavirus, así que estaré mas activa aquí.
Los quiero ♥
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MI ARDIENTE TENTACIÓN - Joerick
FanfictionTres simples reglas a seguir #1 No nombres #2 No preguntas personales #3 No lazos afectivos Son las indicaciones que el desconocido da a Erick en su primer encuentro, pero ¿ Para ambos sera igual de simple seguirla al pie de la letra? Esta es una...