Capítulo 12

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No podía ser cierto lo que me estaba pasando, toparme con un desconocido que resultó tener más lazos conmigo que los que jamás imaginé. No sólo era cliente de mi novio sino que su hermano era cliente de la agencia y a pesar de que Zabdiel era quien llevaba esa cuenta, yo tenía que estar también en el evento, parecía que el destino se empeñaba en complicarme la vida.

Esa noche casi no pude dormir, tenía demasiadas dudas en mi cabeza y debía reconocer que una gran parte de mí iba a extrañar esos encuentros, pero me quedaba claro que ya no podían ser, no cuando él conocía a Andrew y cuando yo había comprobado que tenía a alguien en su vida, cualquiera que fuera la relación que llevaran, una cosa era tener la sospecha y otra muy diferente corroborarlo de primera mano, además ella era una buena chica, hasta podríamos ser amigos.

Al día siguiente llegue muy temprano a la oficina, tenía que mantener mi mente ocupada lo más que pudiera o me volvería completamente loco. Como a la media hora llegó Zabdiel que se sorprendió de verme ahí a esa hora.

A mediodía me llamó Jessy para contarme que había peleado con André, al parecer su relación se estaba acabando de a poco, me llamó muchísimo la atención algo que me dijo.

"Ahora entiendo que todo debe ser equilibrado, ni puro amor ni puro sexo. Lo ideal es una combinación de ambas cosas, tómalo en cuenta Erick para cuando te cases. El deseo no es suficiente, si no hay amor en algún momento se termina la pasión".

Me quedé pensando en sus palabras y tenía razón, yo tenía el amor de Andrew y la pasión de Joel, ambos me daban el equilibrio, pero separados la balanza se inclinaba hacia alguno de los lados. Que difíciles son las relaciones humanas.

Los días se me habían pasado volando, a pesar de que no dormía mucho y sentía la necesidad de llamar a Joel, pero ahora no podría resistir que su celular me mandara al buzón, además él no daba ninguna señal de querer estar conmigo y yo no iba a rogarle ahora que ambos sabíamos quiénes éramos en realidad.

Me miré al espejo después de terminar de arreglarme, hoy era la fiesta del lanzamiento de la línea de ropa de Gabriel Pimentel y él se había empeñado en que Zabdiel y yo vistiéramos uno de sus modelos.

Mi amigo eligió el más atrevido, yo me quedé con uno de color gris opaco de una tela finísima.

Me coloqué encima el saco, tomé mi bolso y salí rumbo al conocido hotel que no había pisado hacía dos semanas, claro que el propósito de esta visita era muy diferente.

Fui el primero en llegar, me aseguré que todo estuviera en orden, la plataforma para el desfile estaba lista, las sillas acomodadas, la enorme mesa con los bocadillos y las bebidas, el lugar donde se colocaría la poca prensa que habría, los meseros perfectamente vestidos, un chico estaba haciendo la prueba de sonido, todo iba marchando de acuerdo a lo planeado.

Minutos después llegó Zabdiel y dimos las últimas indicaciones a los edecanes que recibirían a los invitados.

-¿No va a venir Andrew?- me preguntó Zabdiel.

-No, tuvo que viajar a San Francisco, creo que regresa el sábado-

-Ah ok, hace mucho que no lo veo-

-Yo también, bueno, desde el domingo que fuimos al cine. ¿Y tú por qué no invitaste a tu nuevo amor?-

-Tenía otro compromiso-

Alrededor de las siete empezaron a llegar los asistentes y mis piernas me temblaron al ver entrar a Emanuel y Taylor, señal de que Joel en algún momento se presentaría, era lógico que toda la familia estuviera presente y yo me debatía por dentro, a una parte de mí le daba miedo volver a verlo, pero la otra se moría de ganas de mirarlo aunque fuera a lo lejos.

Minutos después arribaron el Dr. Pimentel y su esposa Patricia, y me dio tanta tristeza al verlos tomados de la mano, sonrientes, felices y orgullosos. Deseé que mis padres algún día se hubieran visto así, pero ni siquiera podían hablarse por teléfono, es más ni a mí me llaman por sus múltiples ocupaciones, según ellos.

Un mesero pasó y de la charola tomé una copa de champagne que me bebí de un solo trago, necesitaba valor para el momento que inevitablemente ocurriría.

Él siguiente en llegar fue precisamente Gabriel, de la mano de su novio, del que no recordaba su nombre, pero que extrañamente su rostro me resultaba familiar, se parecía a alguien que conocía pero no sabía a quién.

De inmediato los fotógrafos se acercaron a ellos y ambos posaron, él con una gran sonrisa y él un poco tímido, se veía que no estaba acostumbrado a las cámaras.

Siguieron llegando más invitados, incluido Frann que iba con su esposa, de inmediato me acerqué a saludarlos y él me felicitó por lo bien que el salón lucía y por toda la organización del evento, tuve que recordarle que lo había organizado en conjunto con Zabdiel, pero él me sonrió y me dio unas palmaditas en el hombro.
Me quedé platicando un buen rato con ellos y me bebí otra copa de champagne.

Después Gabriel se acercó a Zabdiel y a mí, nos saludó con un gran abrazo, de inmediato noté el hermoso anillo de oro, que portaba en su dedo anular de la mano izquierda, debía ser de compromiso, sin duda.

-Muchas gracias chicos, todo está espectacular-

-No tienes nada que agradecer, es nuestro trabajo y lo hacemos con gusto - respondió Zabdiel.

-Y los trajes les quedaron perfectos, ustedes también van a pasar a modelar, ¿eh?-

-No Gabriel, de ninguna manera, te lo agradezco, pero no hay forma alguna de que yo me suba a esa plataforma- dije un tanto serio y con miedo.

-Pero si te ves espectacular Erick, aunque yo había pensado que te pusieras el traje vino, no es que se te vea mal a ti Zabdiel, para nada, pero los elegí pensando en sus respectivas personalidades-

-Por eso yo traigo el de color vino, Erick es muy tímido y quiere pasar desapercibido-

-Pues yo percibo en él un lado muy sensual que debería explotar-aseguró guiñándome el ojo.

-Gabriel, que cosas dices- exclamé muerto de la vergüenza, con la cara roja como tomate, si supiera cuanto había explotado esa parte con su hermano.

MI ARDIENTE TENTACIÓN - JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora