Capítulo 10

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Estaba a punto de pedirle a Andrew que nos fuéramos, pero la parte masoquista de mí no quería irse, lo más probable es que fuera la última vez que lo viera y quería guardar esos recuerdos, su sonrisa natural, tan encantadora como la retorcida, sus gritos por la emoción del partido, era un chico normal, que disfrutaba de la vida.

Cuando los Gigantes anotaban Ariana lo abrazaba emocionada, se sentía una conexión especial entre ellos y por un momento deseé ser ella, yo conocía al amante, pero ella conocía al hombre y era afortunada por eso, no estaba limitada a ninguna regla y disfrutaba de ambas facetas, la sonrisa en su rostro me lo demostraba y yo sabía perfectamente lo que Joel te hacía sentir en la cama. Sentí que iba a romper en llanto y fui al baño otra vez.

Me mojé de nuevo la cara, no podía llorar, no debía, había sido una aventura que no podía tener un final feliz, quise jugar con fuego y me quemé.

¿Por qué me afectaba tanto que tuviera novia? Yo tenía a Andrew y a Joel parecía no importarle, estábamos bajo las mismas condiciones.

"La vida es un equilibrio y no podemos ir en contra de eso".

¿Acaso a esto se refería? ¿Él y yo estábamos buscando un equilibrio en nuestras vidas amorosas?

Suspiré apoyado en el lavabo, después salí del baño y me acerqué a la mesa a servirme otro jugo.

-¿Disfrutando del partido?- susurró en mi oído erizando mi piel. ¿Qué pretendía?

-No tanto como tú- respondí sin mirarlo tratando de calmar los latidos de mi corazón.

-¿No te emociona tanto porque tu novio no está en el terreno de juego?- volteé a verlo más que sorprendido -Él me contó que jugaba cuando iba en el colegio-

-¿De dónde lo conoces? Supongo que dadas las circunstancias te puedo preguntar lo que quiera- dije dándome la vuelta para enfrentarlo, pero dejé una mano en la mesa y la otra me la puse en la cintura.

-Hace un par de semanas cerramos un negocio- dijo sonriendo, quizá por mi comentario anterior -Por cierto, es muy talentoso con los números... y ya veo que para otra cosa también- agregó poniendo su mano en la mesa y rozando la mía, pero yo la retiré nervioso.

-¿Por qué me llamaste en la tarde? No me digas que no sabías que vendrías aquí-

-No pensaba hacerlo- puso su pie pegado al mío -Pero en vista de que no estabas disponible no tuve otra opción, jamás me imaginé que tu compromiso fuera este-

-La vida es un equilibrio- dije irónicamente -No me la paso teniendo sexo todo el día- agregué un tanto serio.

-Yo tampoco- dijo muy sonriente.

-Aunque con cierto "desconocido" de ojos color verde con el que estuve toda la noche del viernes- se acercó a mi oído
-Sí podría-agregó en tono sensual disparando todos mis sentidos.

-Basta de juegos. Eso no puede continuar, tus reglas están rotas-aseguré haciéndome para atrás.

-En ese caso disfruta de este otro juego-soltó una risita -Es decir, del partido- me guiñó un ojo y luego caminó hacia su lugar.

Me quedé ahí parado sosteniéndome del filo de la mesa tratando de regular mi respiración.

¿Qué se traía entre manos?

Cómo podía ser tan cínico de coquetearme de esa manera cuando su novia y mi novio estaban ahí. ¿Acaso no le importaba que se dieran cuenta? ¿Ahora ese era su juego?

Moví la cabeza y me fui a mi lugar.

El partido terminó, ganaron los Gigantes y Ariana propuso ir a cenar para celebrar, pero yo les dije que me dolía la cabeza y que mañana tenía que estar muy temprano en la oficina para armar una nueva campaña.

-Ni modo, tú te lo pierdes- dijo Ariana sonriendo -En verdad me dio mucho gusto conocerte- agregó mientras yo pensaba si le daría el mismo gusto saber que me había revolcado con su novio en más de una ocasión.

-El trabajo es primero, ya habrá oportunidad de convivir en otra ocasión- intervino Andrew haciendo que yo entrara en pánico. No, yo no podía volver a convivir con ellos.

-Viejo, es bueno trabajar pero no olvidándose de la diversión- dijo Joel mirándome.

-Tú porque eres millonario, pero uno que es un simple mortal tiene que meterle todas las ganas al trabajo para conseguir lo que uno quiere- rebatió Andrew.

-El dinero no lo es todo bro, hay que darse tiempo para los placeres que la vida nos da. ¿Tú qué opinas, Erick?-

-Que la vida es un equilibrio- repetí desviando mi mirada.

-¿Lo ves Andrew? No todo puede ser trabajo-

-Tienes razón Pimentel, tienes razón, otro día vamos a cenar-

-Un viernes por ejemplo, para así no tener que levantarse temprano al otro día- propuso Ariana que sostenía a Joel de un brazo.

-Claro- dijo Andrew titubeante.

Nos despedimos, Ariana volvió a abrazarme mientras Joel y Andrew hacían lo mismo, definitivamente algo le debía a la vida y ahora me lo estaba cobrando muy caro.

Me despedí de mano a Joel que me regaló otra de sus sonrisas y abracé a Andrew mientras caminábamos al auto.

Agradecía que al fin pudiéramos estar solos porque así podría buscar las respuestas que Joel evidentemente no me daría.

-Son geniales ¿Verdad?- exclamó al subir al auto, que bueno que él había sacado el tema, así no me vería tan obvio en mis preguntas.

-Sí, ¿Cómo fue que los conociste?-

-Hace un par de semanas, Joel fue a la casa de bolsa y ya sabes cómo es Simón, de inmediato me lo mando, estuvimos hablando de negocios y el día que firmamos el contrato fuimos a cenar y llevó a Ariana-

-¿Es su novia?-

-Pues a mí me la presentó como su amiga. Creo que se conocen hace muchos años, pero quizá son amigos con derechos-

-Quizá- dije mientras miraba hacia la noche.

MI ARDIENTE TENTACIÓN - JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora