ST - Capítulo 43

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 Lo que me haces sentir

Al otro día, Andrew me llamó para confirmarme que en dos fines de semana más se irían a Estados Unidos, pero al cabo de unos minutos, rectificó y me dijo que sería el siguiente jueves, así que le pedí que un día antes pasara a mi oficina por las llaves de la casa y me lo agradeció enormemente, yo sonreí imaginando la cara que pondría cuando me viera ahí. Después que le colgué, le llamé a Ariana para invitarla, sería demasiado sospechoso que llegara yo solo y ella aceptó de inmediato, así que luego compré los billetes para el avión.

El lunes salí de mi oficina después de un arduo día de trabajo. Llamé a la oficina de Erick y cuando me contestó colgué de inmediato, sólo quería comprobar si estaba ahí para ir a dejarle la invitación. Al llegar y registrarme dije que iba al piso nueve, no sabía si había más gente en la agencia y no quería meterlo en problemas.

Me encantó la cara de sorpresa que puso al verme en la puerta de su oficina y más cuando le entregué la invitación, me cuestionó si yo quería que fuera, pero, ¿qué no se daba cuenta que era obvio?, si no quisiera que me acompañara no estaría ahí dándole el dichoso sobre. Noté que se quedó mirando al vacío unos segundos y después me dijo que iba por unos papeles, así que me senté a esperarlo. En eso, vi una foto que tenía al lado de su computadora y la agarré, eran él y Andrew abrazados y muy sonrientes en alguna fiesta porque estaban vestidos de gala, en ese momento no supe si era mejor ser el novio o el amante, tener su cuerpo clandestinamente mientras él podía caminar con Erick por las calles, sin tener que ocultarse.

De pronto, escuché que cerraba la puerta sigilosamente, ¿acaso estaba pensando seducirme ahí mismo?, por supuesto que lo deseaba y estaba preparado para eso, pero pensaba llevarlo a mi departamento. Me quitó la fotografía de la mano y se sentó sobre mí, yo le sonreí, estaba a punto de cumplirme una de mis fantasías, definitivamente había algo especial y diferente con él, así que no podía permitir que saliera de mi vida.

– Me fascina cuando tomas el control – dije después que sujetó mis manos.

– Te haré mi esclavo, entonces – respondió moviéndose deliciosamente en círculos.

- Hazme lo que quieras – encantado sería su esclavo – pero no me dejes – agregué.

El sólo me sonrió, como deseé poder leer sus pensamientos, no tenía idea como lo había tomado, quizá no había sido el mejor momento para decírselo, pero tenía que asegurarle que no estaba dispuesto a que esto se acabara, que había algo más que simple sexo, algo más profundo que francamente me estaba dando miedo, porque eso era lo que sentía ante la posibilidad de no volver a verlo, de que en algún momento recapacitara y me mandara al demonio para seguir con su noviecito y no sabía si podría tolerarlo. Aceleró más sus movimientos y me apretó más fuerte las manos al llegar al orgasmo y después lo abracé fuertemente.

– De verdad eres maravilloso – susurré, quería que estuviera seguro de cómo lo percibía, aunque no había palabras suficientes para describirlo.

Un ruido hizo que se levantara rápidamente provocándome cierto vacío. Era un policía y mientras hablaba con él, yo me retiré el condón y después caminé hasta él, cuando se volteó, se sorprendió de tenerme tan cerca, comencé a delinear sus labios y se resistió, me argumentó que los policías estarían esperando que se fuera y le aclaré que no sabían que yo estaba con él.

Me pedía con palabras que me detuviera, sin embargo, no hacía nada para impedirlo, seguía dejando que lo fuera recorriendo con besos y caricias, hasta que le aseguré que pasaría mucho tiempo antes de que volviéramos a vernos se rindió por completo, entonces lo besé apasionadamente, pero a diferencia de él, sin cerrar los ojos, quería ver sus expresiones, darme cuenta que tanto estaba disfrutando lo que le hacía, era el primero por el que realmente me preocupaba su completa satisfacción, incluso antes que la mía. Comencé a besar sus hombros y en automático se escucharon sus gemidos que me enloquecían, después la coloqué sobre el escritorio y lo hice mío una vez más. 

Estaba por invitarlo a cenar cuando su móvil nos interrumpió, no pude controlar mi risa ante su grito de susto, se notaba que no hacía cosas prohibidas frecuentemente y me encantaba saber que conmigo se atrevía a todo, me miró un tanto molesto, pero después su expresión cambió radicalmente y ahí supe quien lo estaba llamando, maldito inoportuno, sólo esperaba que le dijera que tenía un negocio que arreglar y no podía verlo para que así se fuera conmigo.

– Que sorpresa, en unos minutos bajo – lo escuché decir y mi ilusión se desvaneció.

Estaba empezando a odiar a ese tipo, ¿por qué demonios no se largó con su princesa?, precisamente hoy tenía que ocurrírsele jugar al noviecito bueno e ir por Erick a su trabajo.

Él se arregló la ropa ydespués se puso a buscar sus zapatos que yo había tomado del suelo, yo lomiraba fijamente con mis brazos cruzados, el sólo atinó a levantar los hombros,¿con qué esas teníamos?, yo me estaba convirtiendo en un completo estúpido y elsólo me estaba usando para saciar las ganas que su novio no le satisfacía,entonces me negué a devolverle, esta vez, a diferencia de las anteriores, síquería que discutiera con ese tonto, aunque quizá ni se enteraría que él notraía zapatos.

MI ARDIENTE TENTACIÓN - JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora