Capítulo 66

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– La mayoría sí, casi nos sacaron con la escoba y como platicamos muy a gusto intercambiamos números de celular y mails, así que hemos seguido en contacto.

– Te gusta, ¿verdad? – dije recordando la escena de ellos viendo el partido de hockey.

– Es muy lindo y tenemos muchas cosas en común, pero no sé, necesita poner en orden su cabeza y su corazón... claro que yo no tengo prisa.

Poco después, Gabriel y Noah se despidieron, para partir a su luna de miel en las Bahamas, él me abrazó fuertemente y después me tomó de las manos.

– Me voy muy feliz y no sólo porque me he casado con el hombre que amo, también porque en unos meses seré ¡tío!, pero más por saber que Joel ha encontrado finalmente el amor y me alegra tanto, gracias Er por este regalo.

– Gracias a ti por tus palabras, la verdad no sé qué decirte.

– No tienes que decirme nada, sólo ser feliz con mi hermano – me dio un beso en la mejilla, se separó y lo abrazó a él.

Después Joel me abrazó y vimos cómo se iban en un hermoso carro convertible, que traía amarradas las tradicionales latas y el letrero que anunciaban que eran recién casados, Gabriel mandó besos y se despidió levantando la mano, al igual que Noah que luego puso el auto en marcha y se alejaron.

Estuvimos un rato más en la fiesta y cuando quedaban pocos invitados, Joel tomó una botella de champagne, un par de copas y me tendió el brazo, yo le sonreí y se lo tomé.

Caminamos por la playa y no muy lejos de la casa había como una especie de cama, con cuatro barrotes a los lados y un techo de donde colgaba un velo blanco. Nos sentamos ahí, él destapó el champagne sirvió en ambas copas y me dio una.

– Por ti, por mí y por nuestro amor – dijo chocando mi copa.

– Por nosotros y porque nuestro amor dure toda la eternidad

Nos bebimos el contenido de las copas, después dejó la botella y las copas en la arena. Se acercó a mí y me acostó, me acarició un brazo y yo le acaricié su rostro, suspiré y lo acerqué a mí para besarlo con pasión y amor, nuestras lenguas se entrelazaron, acariciándose suavemente, saboreándose. Joel se colocó encima de mí, puso su mano sobre mi muslo y lo acarició, subiendo y bajando, luego rompió el beso para mordisquear mi cuello.

Me abrazó y se giró para que yo quedara encima de él, le sonreí y me enderecé, quedando hincado sobre él, con mis piernas a los costados, empecé a desabrochar su camisa y se la quite por completo, besé y lamí su torso perfecto, deteniéndome en sus pezones con los que jugueteé un buen rato, mientras miraba como su pecho subía y bajaba al ritmo de su acelerada respiración, bajé por su abdomen y volví a detenerme en su ombligo, sus jadeos se intensificaron. Me detuve y volví a enderezarme, desabroché lentamente los botones de mi camisa, él quiso ayudarme, pero le moví la cabeza negativamente, tomé sus manos y las puse a los lados de su cabeza y lo besé unos segundos para después volver a hincarme.

Quite mi camisa, sus ojos viajaban por todo mi torso deteniéndose en mis pezones, él subió sus manos y me los acarició. Lo detuve para despojarlo de su pantalón y su bóxer, me lamí los labios al ver su erección y mi corazón terminó por dispararse completamente, me quité el pantalón junto con mi bóxer. Tomé su masculinidad entre mis manos, pero Joel me pidió que me volteara para que él pudiera también besar mi longitud, así que le obedecí.

Sentí su tibia lengua recorrer mi glande mientras yo hundía su erección en mi boca y la sacaba, proporcionándole el mismo placer que él me estaba dando, en momentos era tan intenso que no podía seguir con mis besos y exhalaba en la punta de su sexo y a veces él se detenía por mis caricias y jadeaba en mi interior. De pronto sentí como mi cuerpo se estremecía completamente al llegar al éxtasis total y después seguí con mi labor y segundos después Joel lo alcanzó también, emitiendo un grito profundo que fue sofocado por el ruido del mar que era nuestro cómplice al igual que la luna.

Me bajé y me acosté a su lado, le acaricié nuevamente el rostro, sus párpados, su nariz, sus labios y después nos besamos, aún tenía el sabor de mi intimidad en su boca y eso volvió a encenderme intensificando el beso con ansias y hambre en tanto sentía como mi cuerpo entero se excitaba, pero sabía que tenía que esperar unos minutos así que rompí el beso y ambos tomamos aire. Nos miramos sin decir nada, sólo se escuchaba el sonido de las olas, suspiré y él me sonrió de la forma en que sabía que me enloquecía, yo le sonreí también y después cerré los ojos.

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Ustedes perdonarían una infidelidad?

A quién lo ven mas probable que sea infiel?

Los siguientes capítulos están picantes.

Los quiero ♥



MI ARDIENTE TENTACIÓN - JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora