Capítulo 19

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–Noo, n-no te preocupes y-yo en unos minutos bajo– dije nervioso y le colgué.

Miré con pánico a Joel y comencé a ponerme la playera.

Comencé a buscar mi bóxer, pero no lo veía por ningún lado, él estaba parado cruzado de brazos viéndome seriamente, creo que había adivinado quien me había llamado, yo levanté los hombros y moví la cabeza negativamente, él sabía perfectamente de la existencia de Andrew, además, lo que había entre nosotros sólo era sexo, aunque ya no existieran las reglas, al final del día lo único que nos unía era eso, sexo sin compromiso ni ataduras.

– ¿Buscas esto?– preguntó mostrándome mi nada sexy bóxer.

–Cómo te gusta hacerme sufrir– exclamé y levanté la mano para quitársela pero él puso la suya detrás de su espalda –No es momento de juegos, tengo que irme ya–

–Pues vete, yo no te estoy deteniendo–

–Dame eso de una buena vez–

–No, quiero conservar algo tuyo hasta que vuelva a verte–

–Pero eso no– grité entre serio y asustado.

– ¿Por qué no?–

–Por obvias razones que no quiero repetirte, dámelos ya y estoy hablando en serio–

– ¿O qué? ¿Vas a llamar a los policías?–

–Ahhh, me estás desesperando en serio. Ya déjate de juegos o sabes que no importa quédatelos, a si le ahorramos el trabajo Andrew–

Me miro con furia.

–Hasta luego Erick, que pases buenas noches–

Comenzó a caminar y lo atajé en la puerta casi estampándolo en ella.

–Por favor, Joel– dije alargando en tono suplicante.

–Él te tiene completo ¿Qué más da que yo conserve esto?–

–No, no me tiene completo y lo sabes. No te puedo dejar eso, al menos no hoy, otro día, te lo prometo, cuando volvamos a vernos, te daré otra cosa hoy, por favor–

– ¿Y qué me darías a cambio?–

Lo tomé de la mano obligándolo a caminar conmigo, no quería que se me escapara, se veía molesto y quizá podría ser capaz de cometer una locura.

Abrí el cajón de mi escritorio con la mano que tenía libre, sin soltarlo, ahí tenía una pañuelo, lo saqué y lo puse sobre el escritorio, tomé el pequeño perfume que estaba también en el cajón y le rocié un poco al pañuelo y se lo di. Me sonrió y me entregó mi bóxer.

–Ah, se me olvidaba decirte, no uses traje de color arena o café para la boda– dijo en el umbral de la puerta.

–No te he asegurado que iré–

–Buenas noches, Erick–

Salió y yo me coloqué rápido mi bóxer y el pantalón a brochando este y colocándome un suéter que estaba en el cajón. Andrew me llamó de nuevo y le aseguré que ya bajaba.

Fui al baño y me arreglé un poco el cabello, me moje la cara y me puse un poco de perfume.

Cuando subí al auto, Andrew me dio una mirada de reproche.

–Perdón, se atascó la impresora y no podía dejarla así, el servicio es muy caro–

–Está bien ¿Adónde quieres ir a cenar?–

–No sé ¿A ti que se te antoja?–

–Comida china ¿Te apetece?–

–Sí, vamos–

No hablamos mucho en el camino al restaurante, ni durante la cena, mi querido novio estaba mensajeándose con un cliente, según me dijo, aunque se le escapan unas sonrisitas que dudaba que un cliente se las provocara, quizá era lo que yo quería ver para no sentirme tan culpable por engañarlo, después de todo iba a cumplir su promesa de irnos de viaje solos los dos, sin trabajo de por medio. ¿O lo estaría haciendo para acallar sus culpas también?

Fui al baño y me miré al espejo, pensé que tal vez debería dejar a Andrew, no se merecía lo que le estaba haciendo y ya una vez había intentado dejar a Joel y no había funcionado, así que ahora me tocaba hacer la prueba con mi novio. Suspiré resignado, el viaje sería la última oportunidad para tratar de salvar mi relación con él.

Me llevó a mi departamento y me dijo que nos veríamos hasta el jueves, que era cuando salíamos de viaje.

Los días siguientes tuve mucho trabajo, pero ya no podía ver mi oficina de la misma manera, por ratos me quedaba mirando la silla donde Joel me había hecho suyo y me había pedido que no lo dejara, la sonrisa estúpida aparecía en mi rostro sin remedio, como deseaba que sus palabras fueran ciertas, pero eran sólo eso, simples palabras que se las lleva el viento porque no daba ninguna otra señal.

MI ARDIENTE TENTACIÓN - JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora