Ordenamos la cena y mientras estuvimos ahí le conté otro episodio de mi historia, vi como paso de la rabia a la risa y de nuevo al enojo cuando escuchó lo que le platiqué.
– Yo pensé que habías conocido a Andrew por casualidad, jamás me imaginé que lo habías contactado a propósito – exclamó cruzándose de brazos.
– Quería conocerlo, saber si era un fuerte rival.
– ¿Así que desde un principio supiste que me engañaba? – preguntó serio.
– Sí y eso fue lo que me motivó a seguir contigo.
– O sea que, si no me hubiera engañado, ¿te habrías alejado de mí?
– No lo sé, probablemente no.
– Esculcaste su celular, sí que eres un psicópata.
– Estoy consciente de ello – acepté avergonzado.
– Jamás me imaginé que alguien hiciera ese tipo de cosas por mí.
– Para que veas cuán grande es mi amor por ti – respondí y la besé en los labios.
Minutos más tarde nos dirigimos a su departamento, accedió a que me quedara a dormir con él, así que estacioné el auto y subimos. Ambos nos pusimos la pijama, tanto en su departamento como en el mío había ropa de los dos, luego nos acostamos, era la primera vez que dormiríamos juntos después de las nuevas reglas y sería un reto grande el no tocarlo, así que le di la espalda y abracé la almohada.
No sé cuánto tiempo pasó, no podía dormir teniéndolo al lado y sabiendo que no podía hacerlo mío, claro que había sido mi idea quedarme a dormir con él. De pronto sentí su mano acariciar mi abdomen y apreté la almohada, comenzó a besarme el cuello, ¿estaba dispuesto a romper su propia regla?, mi miembro empezó a reaccionar a sus caricias y sus besos, ¿me estaba tentando a propósito? Me volteé y se me quedó viendo, analizándome, acaricié su cabeza y se inclinó para besarme apasionadamente, le correspondí unos instantes y luego subió en mí, definitivamente me estaba torturando, pero no estaba dispuesto a caer en su juego, él había sido el que había pedido que no hiciéramos el amor y ahora se tenía que apegar a su dichosa regla. Tuve que recurrir a recuerdos desagradables de mi vida con tal de reunir todo mi autocontrol y rechazarlo.
– Erick, detente – dije con un hilo de voz tomándolo de los hombros y separándolo.
– ¿Por qué?, no me digas que no fue esta la razón para quedarte hoy aquí.
– No, fue para llevarte temprano a la oficina, Erick, tú fuiste el que implantó las nuevas reglas, no puedo creer que tú mismo quieras romperlas.
– Pensé que sería más sencillo – aclaró acariciándome el pecho con sus dedos.
– Recuerda que dijiste que si rompíamos la tercera regla todo se terminaría.
– Ya me arrepentí, mejor olvidémoslas – exclamó tratando de besarme.
– De ninguna manera, me iré a dormir al sillón – dije sentándome en la cama.
– No, quédate... pasaste la prueba – susurró en mi oído.
– Lo sabía, eres increíble, te gusta verme sufrir.
– Por supuesto que no... perdona mis inseguridades.
– ¿Y por qué no?, si tu perdonaste mis actitudes psicópatas, somos tal para cual – aseguré acariciándole la nariz con un dedo.
– Eso parece – señaló sonriendo – hasta mañana.
– Hasta mañana.
Me acosté y lo abracé, Erick puso su cabeza en mi hombro, finalmente nos quedamos dormidos minutos después. Muy temprano lo llevé a la oficina y aproveché el viaje para atender algunos negocios. Regresamos por la noche y le conté otra parte de la historia, se sorprendió al escucharla, jamás se imaginó que mi cuerpo no reaccionara ante una mujer y sonrió satisfecha cuando le aseguré que había sido por él. Lo dejé en su departamento y después yo me fui al mío, necesitaba desahogarme luego de su pequeña prueba de la noche anterior, así que en cuanto estuve en mi cama, recurrí, cual típico adolescente, a acariciarme yo mismo.
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MI ARDIENTE TENTACIÓN - Joerick
FanfictionTres simples reglas a seguir #1 No nombres #2 No preguntas personales #3 No lazos afectivos Son las indicaciones que el desconocido da a Erick en su primer encuentro, pero ¿ Para ambos sera igual de simple seguirla al pie de la letra? Esta es una...