ST - Capítulo 6

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A los dos minutos que colgamos, me llegó un mensaje al móvil con el teléfono de la chica, la clave y las reglas, aún no estaba seguro de querer participar en ese juego.

Se llevaron todas las cajas, después tomé mi maleta y miré por última vez aquella habitación que había sido más que eso, había sido mi guarida, mi refugio, la que sabía de todos mis proyectos, mis sueños y mis alocadas aventuras de universitario. Bajé las escaleras, me despedí de algunos compañeros que me encontré en el camino y subí al taxi que ya me esperaba para llevarme al aeropuerto.

Al llegar al de México me estaban esperando mis padres y Ariana, que sostenía un gran cartel que decía "Bienvenido a casa Licenciado Pimentel", yo sonreí y corrí a su encuentro, primero abracé a mi madre que estaba más que feliz de volver a verme, la cargué y le di vueltas, después varios besos en ambas mejillas, ella sólo sonreía. Luego abracé a mi padre, que me dio un apretón en la espalda y unas palmaditas en una mejilla y por último le di un gran abrazo Ariana.

– ¿Y Gabriel? – pregunté al no verlo ahí.

– Tuvo clases hijo, ¿qué tal el vuelo? – respondió mi madre abrazándome.

– Muy tranquilo ma, me dormí casi todo el trayecto.

– Que gusto tenerte en casa.

– A mí también me da mucho gusto regresar.

Caminamos al estacionamiento y subimos al auto de mi padre, les fui platicando del proyecto que tenía en mente y que me asociaría con dos de mis compañeros para llevarlo a cabo. Mi padre me platicó como iba la fundación que dirigía y mi madre me dijo que estaba muy emocionada porque tendría una exposición en Nueva York la siguiente semana. Ariana me anunció feliz que ya había conseguido trabajo. Al cabo de unos minutos llegamos a la casa, bajé mi maleta de la cajuela y entramos. Sonreí enormemente cuando se escuchó el grito de sorpresa y vi a mis hermanos, amigos y otros familiares en la sala de la casa.

De inmediato corrió el duendecillo de mi hermano a colgarse de mí, la abracé con fuerza y le di vueltas en el aire. Después me abrazó Emanuel, el recién casado, tenía apenas un par de meses de haber regresado de su luna de miel. También me dio un gran abrazo Taylor y luego su pequeño hermano Noah. Seguí saludando a los presentes, entre ellos mis tres tíos.

– Que gusto me da verte Joel, ya eres todo un hombre, que alegría que ya hayas terminado hasta la maestría – dijo mi tío después de darme un gran abrazo.

– A mí también me da gusto verte tío, gracias por estar aquí.

MI ARDIENTE TENTACIÓN - JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora