Capítulo 64

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– Hola Ari, ¿Cómo estás?

– Bien Gabriel, gracias, Er que gusto de verte – le medio sonreí avergonzado – ¿Así que quieres saber si Joel y yo anduvimos? – dijo entrando a la recámara.

– Gabriel acaba de contarme lo de Alicia y cómo ayudaste a Joel a salir adelante.

– Además de que has visto como nos tratamos, ¿no? – asentí con la cabeza. – Está bien, te contaré la verdad se sentó al lado de Gabo. – Cuando teníamos 17 años, en una fiesta jugamos a la botella, alguien me puso de "castigo" besarlo durante minuto y medio y yo encantada lo hice, porque sí, Joel me gustaba desde que me acuerdo, pero en ese beso comprendí que éramos como hermanos, que no había química entre nosotros como pareja y cuando lo platicamos, ambos estuvimos de acuerdo, olvidamos ese beso y seguimos siendo confidentes como hasta ahora, ¿aclarada la duda?

– Sí, pero... dan la impresión de ser amigos con derechos.

– Es una táctica que usamos ya sea para alejar a alguien o confirmar si le interesamos.

– ¿O sea que están confabulados para cortar las expectativas si alguien no les gusta y si les interesa otra persona lo hacen para darle celos?

– Suena medio perverso, pero sí, le he espantado a varios y él a mí a algunos tipejos.

– ¿Entonces tú ya sabías de mí desde antes que nos descubrieras?

– Sí.

– Hijo, acaban de llegar el estilista y maquillista – anunció Patty.

Yo me quedé de una pieza, ahora comprendía muchas cosas y porque ella había cambiado su actitud hacia él de repente, Joel quería corroborar mi interés por él, pequeño tramposo, entonces me pregunté desde cuando él había roto la tercera regla.

Mientras tanto peinaban a Taylor y maquillaban a Ariana. Por su parte, Patty ayudaba a Gabriel a ponerse el hermoso y moderno traje blanco, diseñado por él, una vez que lo tuvo puesto se sentó con sumo cuidado para que lo peinaran, entonces fui a mi recámara para cambiarme de ropa.

Entré y estaba vacía, así que cuidadosamente me quité la playera y luego el pants, saqué mi traje del enorme armario que parecía una recámara más y me lo puse, estaba mirándome al espejo cuando Joel entró.

– Wow, voy a ser la envidia de toda la fiesta, te ves hermoso, ángel.

– Gracias – dije sonriéndole y dándome una vuelta, de pronto la triste historia vino a mi mente y lo abracé con todas mis fuerzas y le acaricié la espalda. – Gracias por dejarme entrar en tu vida.

– Las gracias debería de dártelas yo a ti, tú fuiste él que me llamó, ¿recuerdas?

– Sí, pero... – me quedé callado, no sabía si era buena idea que él supiera que Gabriel me había contado sobre su primera novia. – Tú rompiste las reglas... ¿desde cuándo Joel?, necesito saberlo, por favor.

– Casi desde el principio, ¿recuerdas la noche en que llovió? – asentí con la cabeza. – Me quedé contigo hasta mucho después que amaneció, era mentira que no traía coche, si te lo dije fue porque no quería ilusionarte, yo mismo no quería ilusionarme, estaba muy confundido Er y quizá rompí las reglas antes que tú.

– Te amo Joel, creo que te amé desde el primer segundo que te vi.

– Creo que yo también, eres el único al quien le he hecho el amor y, si me lo preguntas, no sabría decirte exactamente cuando sentí esa diferencia, así que, como veras, definitivamente el agradecido de que hayas entrado a mi vida soy yo – me besó tiernamente los labios. – Ahora tengo que cambiarme, nos toca recibir a los invitados.

– ¡Qué nervios!

– Relájate, te ves precioso, impresionarás a todos, ya verás.

Cuando vi el color de su camisa me quedé sorprendido, del mismo tono que mi traje, cuando se lo hice notar me dijo que estábamos conectados y me guiñó un ojo. Bajamos y salimos a la terraza, ya había algunos invitados que platicaban con Emanuel y Taylor. Más tarde Joel me presentó a algunos de sus tíos William, Robert y James, hermanos de Francisco, muy serios ellos, por cierto.

A las seis en punto nos colocamos en nuestros respectivos lugares, todos los Pimentel en primera fila, Ariana y su hermano detrás de nosotros y del otro lado los papás de Noah. Calculé que serían unos 200 invitados. El sacerdote ya se encontraba en el altar y también, visiblemente contento y nervioso. La melodía empezó a sonar y entraron los amigos de Gabriel, las mujeres iban con vestidos color lila y una cinta rosa en la cintura y sus respectivas parejas con trajes y la camisa lila a combinación de los vestidos, cuando llegaron a su lugar Gabriel hizo su aparición, del brazo de Francisco, comenzaron a caminar por el pasillo, ambos con una gran sonrisa.

MI ARDIENTE TENTACIÓN - JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora