Capítulo 14

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-Ni pensarlo, es la gran noche de tu hermano-

-Podrá perdonarme-

-¿Siempre eres así de terco?-

-Incluso más-

-En serio debemos regresar, para mi es trabajo y mi jefe está aquí- insistí dándome la vuelta para poner mis manos en su pecho obligándolo a separarse.

-Está bien, tú ganas esta vez- dijo entregándome mi ropa.

Nos arreglamos las ropas en silencio y le dije que yo saldría primero, no estuvo muy de acuerdo, pero aceptó, no entendía porque era tan descarado.

Abrí la puerta y me asomé sigilosamente, me dispuse a salir de ahí y Joel me dio una cariñosa nalgada que me hizo sonrojar, no quise voltear a verlo porque seguro aceptaría escaparme con él y tenía que recordar que estaba en horas de trabajo.

Me fui directo al salón, una amplia sonrisa había en mis labios, él había dicho mi nombre y yo el suyo, no más reglas y eso me entusiasmo sobre manera, aunque en realidad no sabía que pasaría de ahora en adelante.

Llegué al salón y ocupé mi lugar, pocos minutos después llegó Joel muy sonriente y se sentó al lado de Ariana, ella se recargó en su hombro, eso no me agradó mucho, esos dos tenían algo, era demasiada la confianza que se tenían y el acercamiento, además llegó con ella a un evento familiar, uno no lleva a cualquier persona a convivir con la familia, ahí entendí que no debía emocionarme más de la cuenta y si seguíamos teniendo algo él y yo, sería oculto, sin que nadie lo supiera.

El desfile terminó y Gabriel nos agradeció a Zabdiel y a mí, nos pusimos de pie y todos nos brindaron un fuerte aplauso, Joel hasta se puso de pie muy entusiasmado.

Frann estaba sumamente orgulloso aplaudiendo también.

Empezó la fiesta y todo mundo se dirigió a la mesa de los bocadillos.

-¿Dónde estabas Erick?- preguntó inquisidoramente Zabdiel.

-Fui a ver a los modelos-

-Qué raro, yo fui allá y no te vi-

-Es que también fui al baño-

-Oh, de acuerdo- respondió no muy convencido.

Moví la cabeza negativamente cuando lo vi ir a saludar a un chico que lo miraba, yo me acerqué a la mesa y busqué algún bocadillo que no estuviera mezclado, pero como no encontré ninguno tomé un pedazo de queso y le di una pequeña mordida.

-Uf, no hagas eso en mi presencia... me trae muy gratos recuerdos-dijo Joel detrás de mí y casi me atraganto, tomé una copa y bebí.

-Quieres provocarme un infarto, ¿verdad?- exclamé volteándome para encararlo.

-Tú también a mí, no tienes idea de lo sensual que te ves comiendo-

-Estás loco- dije mirando hacia el techo.

-Puede ser, pero ¿a poco no te fascina?-exclamó guiñándome un ojo.

-Pero ¿Ustedes se conocen?- dijo de pronto Gabriel parándose frente a nosotros y no supe que decirle, entré en pánico al pensar que hubiera escuchado el comentario de Joel, pero pensé que no tendría esa sonrisa en el rostro.

-Sí, estuvimos juntos un semestre en la universidad- respondió él muy seguro.

-Yo siempre he dicho que el mundo es un pañuelo, jamás me imaginé que fueras amigo de Joel. No te ofendas hermanito, pero tienes unas amistades- dijo dándole palmaditas en el hombro. -No lo digo por Ari, ella es aparte, pero te he conocido cada "amiguito"- agregó mirando hacia arriba.

-Bueno, en realidad no somos amigos, no nos habíamos visto desde ese entonces-dije siguiéndole el juego.

-Pero las amistades se pueden retomar, ¿Verdad hermanito?- dijo abrazándolo cariñosamente -Además aquí entre nos, si no fuera porque le ayude en matemáticas Erick aún no se graduaría-

-¿No me digas que él era el que te regalaba esos deliciosas galletas de chocolate?-

-Él mismo- respondió muy seguro dándome una mirada de complicidad.

-Sí, es que mi mamá trabajaba ahí y siempre llevaba, pero como a mí no me gustan, prefería dárselos a él en pago a sus clases, en lugar de...-

-Te dije desde un principio que jamás aceptaba dinero, ni siquiera pensaba cobrarte, tú insistías en regalármelos-interrumpió mirándome seriamente.

-Ay sí hermanito, como si desconociera la forma en que te cobrabas, fui al mismo colegio que tú, ¿recuerdas?, creo que aún sigue ahí tu fama, por eso él me caía bien, porque nunca sucumbió ante tus encantos-

-Más bien dirás que te encantaban las galletas-

-También, pero eso es aparte. Definitivo, Erick, tienes que ir a mi boda, no voy a permitir que este hermano mío vaya con nadie más que no seas tú-

Yo me quede paralizado y abrí los ojos como platos, no podía expresar palabra alguna, una cosa era seguirle el juego de que nos conocíamos desde antes, con tal de ocultar la verdad que su familia ignoraba y otra muy diferente era llevar la farsa hasta esos extremos, yo no podía ir a esa boda y no creía que él tampoco lo quisiera, lo más probable es que ya hubiera invitado a alguien para acompañarlo.

-Genial idea hermanito, como me tienes sentenciado, no he invitado a nadie-

-Es que es mi boda y no quiero un escándalo como en la de Emanuel- puso su mano en mi brazo -No sabes Erick la vergüenza que nos hizo pasar la tipa con la que fue a la boda de mi hermano mayor. Se puso a bailar cual bailarina exótica a mitad de la fiesta y a quitarse la ropa, obvio los hombres estaban encantados, pero los papás de Tay, o sea, mi cuñado, casi piden la anulación del matrimonio ahí mismo, mi papá tuvo que hablar con ellos y tranquilizarlos, claro, después de que sacaron a la susodicha, que por cierto, estaba pasadita de copas-

-Que exagerado eres Gabriel, no fue para tanto-

-¿Ah, no? ¿Quieres que ahorita vaya por Tay y Emanuel para que se lo confirmen?-

MI ARDIENTE TENTACIÓN - JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora