SORA
Mi boca estaba llena de helado que en un segundo se derritió en toda mi cabida bucal cuando llevé la botella a mis labios. Se sentía frío, fresco y ardiente en mi garganta. Era una sensación extraña pero muy agradable. Arik estaba viéndome con diversión mientras yo tomaba otra cucharada de helado, era la primera vez que probaba el vodka y con helado. Era simplemente delicioso y, extrañamente refrescante.
Estaba seguro de pronto estaría muy ebrio por su culpa.
—Despacio, Sora... —rió al verme engullir el helado de menta con chocolate.
—¿Como descubriste esta combinación? Es muy buena —le pregunté, aclaré un poco mi garganta porque estaba sonando como un niño pequeño demasiado entusiasmado.
Por un momento pensé que todo se tornaría incómodo pero gracias a Dios que no sucedió ni un minuto.
—Me la enseñó un amigo.
Ladee mi cabeza y él se aproximó hacia mi sentándose a mi lado en el sofá largo color negro de cuero. Tragué el helado en mi boca relamiendo mis labios después al tenerlo tan cerca. Unas inmensas ganas de besarlo llegaron a mi, ignorando toda capacidad logica en mi mente que me decía que era mejor abstenerse por si la situación se iba más allá.
—Tienes un poco de helado aquí... —se inclinó hacia mi llevando una de sus manos hacia mi cuello y, su lengua pasó por la comisura de mis labios llevándose cualquier rastro de helado que hubiera allí.
Mis mejillas se pusieron rojas en un parpadeo.
Todo mi cuerpo sintió una extraña electricidad que me hizo olvidarme de todo lo demás a mi alrededor. Sus labios se presionaron en los míos pero lo alejé suavemente un momento.
—¿Pasa algo? —preguntó, confundido.
Mordí mi labio inferior y coloqué el tarro de helado junto a la botella de vodka en la mesita frente a nosotros.
—No quería que se derramara el helado —respondí.
—Okaaaay.
Él sonrió divertido y fue mi turno de acercarme a él, bueno, prácticamente me lancé encima de él volviendo a besarlo. Nuestros labios unidos y el grado de alcohol en mi me estaba haciendo perder la razón poco a poco, no quería pensar que ya estaba algo ebrio pues me sentía muy bien y que estaba en mis cinco sentidos, algo que me hizo poner en duda el momento en que mi mano se escabulló por debajo de la camiseta negra de Arik.
Él tambien estaba subiendo mi camiseta, sus manos estaban frías y me provocaba escalofrios por donde tocaba mi piel caliente.
Casi sentía mi cuerpo arder tal vez por la vergüenza o lo caliente que me encontraba de pronto pero cuando una de sus manos bajó hacia mi trasero, apretándolo con firmeza nos separamos un poco.
Mi corazón estaba acelerado a más no poder y, mi cara se volvió totalmente sonrojada cuando observé su expresión de excitación, viéndome.
Sus ojos negros tenía un brillo lujurioso.
Respiraba igual de entrecortado que yo y, una sonrisa de lado bastante altanera se extendió en su adorable rostro que lo hizo lucir condenadamente sexy. Mordí mi labio inferior con picardía y me exalté cuando me dió una palmada en el trasero.
—¡Oye! —él rió al ver mi expresión avergonzada.
—Es inevitable no hacerlo —respondió, con una amplia sonrisa.
Bufé, dejándolo pasar porque se veía tan hermoso sonriendo así, con sus ojos brillando. Cuando estaba por incorporarme él me atrajo de nuevo a su boca para besarme y, me dejé llevar. No me cansaba de sentir sus labios contra los míos, era una sensación tan agradable y placentera que me volvía más idiota de lo que ya era.
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Las apariencias engañan [ yaoi/gay ] +16 *EDITANDO*
Teen Fiction(COMPLETA) Sora O'Connell cursaba su segundo año en el instituto cuando llegó un estudiante nuevo, él parecía ser inofensivo e ingenuo, vivía todo el tiempo distraído y en su mundo por lo que Sora no le vió nada malo al acercarse a él para que sean...