37

377 32 6
                                    

SORA

No. Puede. Ser.

Me duele todo.

Abro mis ojos un poco intentando acostumbrarme a la intensa claridad del día. ¿Qué hora es? Ni idea, pero no parece ser la mañana. El espacio a mi lado esta vacío en la cama por lo que Arik debía estar en otro lugar del departamento. Me levanté de la cama sintiendo una gran incomodidad en mi cadera y trasero.

Maldita sea.

Entré al baño, esta vez no había ninguna bolsita ni nada; pasé a la ducha para espabilarme mejor, tenía que ir a casa, mis padres deben de estar preocupados y preguntándose donde estoy. Luego de ducharme salí del baño y vislumbre mi uniforme doblado e impecable encima de una silla en una esquina de la habitación. Me cambié un poco aliviado de ya no estar tan adolorido y salí de la habitación descubriendo a Arik en la sala. Está sentado en el pequeño comedor con una computadora frente a él luciendo un traje formal muy elegante. Levanté mis cejas y cuando iba a acercarme me miró levantando su mano y me detuve ahí mismo.

Esperame un momento.

Su acento estaba presente en cada palabra que dijo. Últimamente sabía como hacer que no se le notara.

—¿Interrumpo algo? —le pregunto, un poco temeroso.

—Ehh...no, no, tranquilo ¿cómo estás? ¿te duele algo? —me dió un corto beso en los labios y negué con mi cabeza sonriendo le.

—Estoy bien ¿Qué estás haciendo ahí? Te ves muy formal.

—Estoy hablando con mi padre, tengo que estar presentable, es una obligación.

—Vaya, que raros...

Sonrió, aunque se veía muy sexy luciendo así, su cabello estaba bien peinado hacia atrás dándole un nuevo aspecto.

—Te preparé algo de comer, está en la cocina —me señaló hacia atrás.

—Oh, bueno...pero ya tengo que irme, mis padres deben de estar preocupados por mi —retrocedí unos pasos para acercarme a la puerta pero él sujetó mi brazo.

—De ninguna manera voy a dejar que mi novio se vaya así sin mas, no haz comido nada desde ayer.

Me arrastró hacia la cocina sin importarle dejar a su padre en espera en la portátil. Mis ojos fueron de su mano agarrando la mía a la encimera de la cocina donde habían varios platos preparados allí.

—¿Lo hiciste tú? —cuestioné, impresionado.

—Sí, come antes de que se enfríe —me sonrío, acariciando mi cabello como si fuera un niño pequeño —Estaré en la sala, tengo una conversación pendiente aún —se fue y mordisquee mi labio inferior. Me senté encima del banquito e hice una mueca porque me seguía incomodando.

Pero todo pasó a un segundo plano cuando probé la deliciosa comida que hizo para mi.

[...]

Cuando llegué a casa mi madre estaba por volver al hospital, ella trabaja en la sección de pediatría; le expliqué brevemente en donde había estado y lo que había sucedido anteriormente a lo que ella me respondió que ya lo sabía, que si no me acordaba que le había avisado por mensaje de texto. Revisé mi celular confirmando mis sospechas. Arik había hecho eso.

¿Tenía planeado que me quedara en su casa? Era probable. Aunque ya no importaba mucho pues ahora eramos novios. Novios.

Somos novios.

Que feliz me siento de saber eso. Por fin le he dicho mis sentimientos.

—Novios... —digo en voz alta, sonrojando me. Me cambié de ropa y revisé mis otros mensajes, tenía un par de Kira y decidí ir al hospital porque suponía que seguía allí todavía. Me puse unos jeans de mezclilla, una sudadera azul y una chaqueta también de mezclilla porque el invierno estaba empezando y yo detesto el frío a toda costa.

Las apariencias engañan [ yaoi/gay ] +16 *EDITANDO* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora