KIRA
Horas antes...
—¡Oye, espera! —le grité pero adelantó el paso comenzando a correr lejos de mi. Maldecí en voz alta siguiéndolo.
Quería disculparme con él por haberlo besado y tocado; bien que estaba enfadado y más porque me golpeó de paso pero, lo merecía, no debí decirle que era un marica y, mucho menos besarlo pero si él continuaba huyendo de mi no conseguiría decirle eso o, que también se disculpara conmigo por patearme la entre pierna dos veces.
Me detuve un momento cuando lo perdí de vista pero escuché unos pasos apresurados subiendo las escaleras, retrocedí un poco y subí las escaleras tranquilamente. No quiero parecer intimidan te ante él aunque mi apariencia no ayude mucho y menos mi cara. Cuando estoy en la azotea lo busco con mi mirada localizando lo en una esquina muy lejos de donde estaba, de cuclillas, abrazando sus piernas mientras se oculta en su cabello desordenado y suelto que cae en su espalda como un manto.
En esa posición parece una chica. Me aproximo hacia él intentando lucir tranquilo.
Lo mas que podía.
Relajando mi expresión, forzando me a sonreír también. Pero cuando él me vio palideció cubriendo su rostro con sus manos. ¿Tanto miedo provoco? Mejor dejo de sonreír.
—¡Alejate de mi! —me detuve a unos metros. Si quería dejar de darle miedo a este pobre niño tenía que respetar cada una de sus palabras y gritos.
—No voy hacerte nada.
Mi voz sonó muy fría y, carraspee aclarando mi garganta.
—Sí, claro. La última vez intentaste violarme ¡No confio en ti! ¡Eres un peligro publico!
Rodé mis ojos.
—Me vale sino confías en mi, solo quiero hablar contigo. Me la debes.Levantó su cabeza frunciendo el ceño. —¿Hablar conmigo? ¡Yo no te debo nada y tampoco quiero hablar contigo! —cuestionó y, puse mis manos en mis caderas. Él se incorporó apartándose el cabello con su mano.
—Bueno, tu me pateaste, dos veces...claramente me debes una disculpas también.
—¡¿Qué?! ¡Fue en defensa propia! —chilló, incrédulo, llevando una mano a su pecho de forma dramática y suprimí la sonrisa que iba a aparecer en mi rostro. En cambio viré mis ojos hacia arriba retrocediendo unos pasos para que supiera que pensaba no hacerle nada en serio.
—Bien, sí, fue todo mi culpa desde un inicio.
Suspire levantando mis manos en señal de paz, tomé una gran bocanada de aire.
—Si vas a disculparte apropiadamente, te escucho —se cruzó de brazos, el cabello se le movía con la brisa mientras en sus ojos se podía notar lo enfadado que estaba.
Volví a suspirar porque no quería hacerlo y, tampoco sabía como. No pensé que llegaría tan lejos, creí que me golpearía de nuevo y saldría huyendo pero, al parecer no tiene mucha escapatoria de aquí. Aparté mis ojos de su cara, esto es incómodo.
—Lo siento...
Pasaron primero segundos, luego minutos y casi una maldita eternidad cuando él decidió por fin decir algo.
—¿Eso es todo? —asentir.
Su rostro se tornó rojo y no de una buena manera. Estaba más que enojado. Mi disculpa no pareció disipar el odio que me tenía por haberlo tocado indebidamente. Aun cuando me sentía rencoroso porque me pateó.
—¡¿Eso es todo?! ¡Eres un idiota! ¿lo sabías? ¿Qué clase de disculpa es esa? ¡Intentaste violarme! ¡Encima sin razón alguna! ¡Me insultas y te burlas de mi porque tu amigo me rechazo y piensas que voy a olvidar lo demás solo por un "lo siento"! ¡Estás mal de la cabeza!
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Las apariencias engañan [ yaoi/gay ] +16 *EDITANDO*
Novela Juvenil(COMPLETA) Sora O'Connell cursaba su segundo año en el instituto cuando llegó un estudiante nuevo, él parecía ser inofensivo e ingenuo, vivía todo el tiempo distraído y en su mundo por lo que Sora no le vió nada malo al acercarse a él para que sean...