Las apariencias engañan [ yaoi/gay ] +16 *EDITANDO*

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La primavera llegaría pronto y toda la nieve se había disipado por completo lo cual me alegra porque a pesar de que verla era algo lindo detestaba el frío. Kira y yo caminamos por el pasillo rumbo a nuestro salón, era temprano en la mañana. Tenía varios días que no veía a Arik por ningún lado, él solo me respondía los mensajes confirmando que "esta bien" o que no podía asistir a clases por algunos "problemas". Quise saber más a que problemas se estaba refiriendo pero nunca respondió mis preguntas.

Así que hoy tenía pensando ir a verlo, primero pasaría por donde Nagisa junto a Kira y luego a donde mi novio.

—¡Sora! ¡Soraaaaa! —me di la vuelta antes de entrar al salón. Kira siguió de largo hacia adentro mientras miraba su celular. Vislumbre a Fuka llegar a donde estaba, se veía agitada y con el cabello en una media coleta.

—Hola —la saludé con un movimiento de mano.

—Lamento detenerte, quería que me prestaras tus apuntes de historia otra vez ¡es urgente! —noté varios libros en sus brazos que estaban a punto de caerse de sus manos por lo que se los quité de los brazos.

—Claro, ven te ayudo, vamos —nos dirigimos a su salón que estaba cerca.

—Gracias, estoy hecha un desastre, después de los exámenes tuve que rehacer todo mi calendario para este nuevo ciclo escolar.

Fuka si que es organizada.

Yo en cambio solo me estresaba cuando llegaban los exámenes y luego lo tomaba chillin.

—Tomalo con calma, Fuka. El estrés no es nada sano —le sonrío.

Entro a su salón y puedo ver como ese chico se levanta de su asiento para acercarse a mi amiga. Aún me sigue cayendo mal y no puedo creer lo resentido que me he vuelto. Ya parezco Kira.

—Hola, Fuka.

—Hola a ti tambien, cretino —gruño, viéndolo mal.

—Sora...

—Hola, Sora —me saluda, ignorando el insulto que le dije. Mejor que se ande con pasos cautelosos.

—Hola, Hanta —Fuka le sonríe y ruedo mis ojos.

—¿Necesitas ayuda con eso? —estiró sus manos para sujetarle el bolso que se resbalaba de su hombro.

—Oh, muchas gracias, está algo pesado.

—Sí, no deberías traer algo así, puedes lastimar tu hombro —parece que ya me han excluido de la conversación.

—Esto está pesado también, cargalos por mi —suelto los libros y libretas en sus brazos y lucha con levantar todo a la vez por lo que sonrío de lado.

—Ugh, realmente pesa.

—Gracias, querido, eres un amor —comenté con sarcasmo, halagando lo.

—Disculpalo, sigue algo molesto —dice Fuka.

—Lo entiendo, no me porté nada bien contigo, lo mínimo que merezco es su desprecio, yo lastimé a su amiga.

Los ojos de Fuka brillaron al escucharlo.

Puras habladurías.

—Me vomito encima —dije, para dañar el momento —Bueno, Fuka. Te veré en el almuerzo con Kira, hasta luego —besé un lado de su cabeza.

—Está bien.

Salí de salón y caminé de vuelta al mío cuando recibí un mensaje. Rápidamente saqué mi celular para leerlo mientras ingresaba al salón bajo la atenta mirada del profesor Bell.