Las apariencias engañan [ yaoi/gay ] +16 *EDITANDO*

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Hoy es el último examen que voy tomar y me siento un poco nervioso. Con Fuka y Kira decidimos pasar por el karaoke después de salir de clases para relajarnos y dar comienzo a estas cortas vacaciones. Espero pasar de curso, la otra vez casi no lo hago y mis padres me castigaron por tres meses. Mamá es muy extremista pero, se que solo lo hace por mi bien y porque me ama.

—Ah, por fin —salgo del salón y me desplomo en el suelo respirando hondo.

Menos mal que he salido de esta tortura definitivamente por este año.

—¡Sora, ¿estás bien?! —cuestiona Arik al verme en el suelo con los ojos cerrados. Me incorporo lentamente, sonriendo.

—Sí, sí. Solo estoy aliviado de terminar con los exámenes por fin —digo, despreocupada mente.

Él asiente pero me observa con seriedad.

¿Qué estará pensando?

—¿De verdad tienes que ir a ver a tu abuelo todo un mes? —cuestiona cuando me recargo de la pared para esperar a Kira y a Fuka.

—Sí, ya te dije porqué.

—Vale.

Kira sale del salón soltando un suspiro.

—Fuka está en la cafetería —nos dice.

—Vamos, entonces.

—Espera, Sora, adelanta te, quiero hablar con Kira un momento.

Me quedo en mi lugar, confundido.

—¿Cómo dices que dijiste? —levanto mis cejas, incrédulo.

Kira está igual de sorprendido que yo ante las palabras de Arik.

—Eso, dejanos solos.

—Pero...bueno...

Me doy la vuelta para irme a la cafetería dándole miradas furtivas, ambos se me quedan viendo hasta que desaparezco y, quiero volver para espiarlos por si la conversación se les va de las manos y terminan en los golpes pero, al ver a Adam en el pasillo decido mejor acercarme a él.

—¡Cuanto tiempo sin vernos! —digo.

—Oh, hey, Sora.

—¿Donde haz estado? —le pregunto.

Se quita los audífonos y me sonríe de lado.

—Voy a una academia también, Sora. Me tengo que quedar allí algunas veces —dice y levanto mis cejas con curiosidad.

—¿Una academia de qué? —cuetiono.

—De música.

—¿Y qué cantas o tocas algo?

—Toco el piano, mis padres me obligan —dice.

—Oh, yaaaa...

—¿Y qué ha sido de tu vida todo este tiempo? ¿Sigues con con el ruso de novio? —pregunta y asiento.

—Todavía estamos juntos —digo y, se aproxima a mi y frunzo el ceño.

—¿Me podrías decir como hiciste que el ruso saliera contigo? —me susurra.

—¿Eh?

—Sí, es que... —chasquea su lengua —Me gusta alguien y no sé como hablarle ni nada de eso —dice, frustrado.

—Oh...bueno, Arik y yo eramos amigos al principio.

—Él y yo nos somos amigos —me interrumpe —Pero nos llevamos bien, creo —sus mejillas se vuelven rojas.