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—Sora...Sora...¡Sora! —abrí mis ojos abruptamente ante el grito de mi nombre —Respira, primo, despacio —la voz de Riku llegó a mis oídos y entre abrí mis labios entornando mis ojos hacia él, confundido.

—¿Qué mierda, Riku? ¿Por qué me despiertas? —tomo mi celular para ver la hora, son las 3 y media de la madrugada —¡Es demasiado temprano! —exclamo, cabreado.

—Tomate esto —me tiende un par de pastillas junto a un vaso con agua y frunzo el ceño.

—¿Para qué? —lo observo desconfiado.

—¡Hazlo y ya! —chilla y ruedo mis ojos —Son vitaminas, te hacen falta.

Escuchamos como la ventana de mi habitación se desliza hacia arriba y volteamos a allí observando como alguien entraba, mi primo Riku toma lo primero que encuentra a la mano que resulta ser mi alarma y se la lanza a la cabeza al sujeto.

—¡Mierda! ¡¿Qué les pasa a ustedes?! ¡Salvajes! —exclama Arik, volteando se.

Aprovecho que mira enfurecido a mi primo para tomarme las vitaminas junto al agua. Arik se soba la cabeza, justo en el area afectada y Riku entre cierra sus ojos, luciendo molesto por la intromisión de mi novio.

—¿No tienes casa, delincuente?

—¿No tienes algo más inteligente que decir? —le acusa Arik.

—¿Qué haces aquí? —le pregunto. Arik me mira y se encoge de hombros acercándose a la cama para acostarse en esta, junto a mi.

—Quise venir a verte, te extrañaba —Riku soltó un bufido —¿Te importaría dejarnos solos? —gruñó mi novio.

—Como quieran.

Mi primo sale de mi habitación y miro a Arik aún con el sueño encima. Se acomoda a mi lado pasando un brazo por mis hombros y una de sus manos hace que recueste mi cabeza en su pecho. La lampara sigue encendida por lo que estirando mi brazo la alcanzo para apagarla, la habitación vuelve a la oscuridad solo con la pequeña luz de la luna que se filtra de la ventana con las cortinas corridas.

Respiro hondo acomodando me mejor.

No tengo idea de lo que planea hacer ahora pero me gusta esta sensación de nosotros en mi cama, abrazados y sin decir nada.

Los latidos del corazón de Arik suenan muy relajantes por lo que consigo quedarme dormido nuevamente.

Al otro día despierto muy tarde.

Mirando la hora en mi celular me doy cuenta que son las tres y media. Siento mi cara hinchada por dormir tanto y, con pereza vuelvo a cerrar mis ojos porque estoy cansado y aún así no quiero pararme.

Alguien toca mi puerta.

Emito un «pase» con voz ronca y somnolienta lanzando un bostezo después y, veo a Kira aparecer junto a Nagisa. ¿Qué estarán haciendo aquí?

—Vayaaa, el dormilón ¿no? —exclama Nagisa con una sonrisa divertida.

—Para el culo de ahí, Sora.

—¿Por queeeeee? —cuestiono, tengo tanta flojera encima que no puedo ni levantar mi brazo.

—Porque sí, vamos a salir.

—Fuka, Hanta y Arik nos esperan abajo —la mención de ellos ni siquiera me da la fuerza suficiente para levantarme por mi mismo así que decido rodar por la cama hasta el suelo.

—Auch... —murmuro, cuando mi cara choca conta el piso.

—¡Muevete, Sora! —chilla Kira, desesperado.

Las apariencias engañan [ yaoi/gay ] +16 *EDITANDO* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora