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—Estaba pensando en perforarme las orejas ¿tú que dices? —me pregunta mientras juega con mi cabello. Entre abro mis ojos con algo de sueño, su voz me ha espabilado.

—¿Por qué? —inquiero, levantando mi cabeza para mirarlo.

Me sonríe tranquilamente pasando su mano de mi cabello a mi mejilla. —No lo sé, pensé que se me vería bien ¿no lo crees? Me vería bien con las orejas perforadas —contesta, ladeando su cabeza.

—Te verías bien con todo —le digo, sonriendo de lado.

—Lo sé, soy tan guapo y adorable.

—Sí, lo eres —me inclino hacia él para darle un pequeño beso pero lleva una mano a mi nuca para intensificarlo. Nos separamos luego de minutos y pasa su lengua por mi labio inferior antes de mirarme con picardía —¿Qué horas es? —le pregunto.

—Ocho y media.

—¡Joder! —me espanto, incorporandome con rapidez —¡Tengo que irme! —me paro de la cama de golpe y busco mi ropa. Me coloco mis boxers, los jeans y la camiseta tan rápido que no veo si está al revés o no.

—¿Por qué estás tan apresurado? —me mira, sentándose en la orilla de la cama.

—Mamá me dijo que volviera antes de las nueve y no quiero que me castigue —me apresuro en decir, desobedecer a Tamara O'Connell significa peligro. Mucho peligro.

—¿Por...?

—No lo se, cosas suyas.

Me coloco los zapatos y me peino el cabello con los dedos. Arik me jala de la chaqueta de mezclilla para acercarme a él y enrrolla sus brazos en mi cintura.

—No te vayas tan pronto —hace un puchero aprisionandome y sonrío alejando los mechones oscuros rebeldes de su rostro para besar su frente.

—Tengo qué.

—No, no te vayas, Sora...

—Me van a castigar sino me voy, no puedo quedarme —se tira hacia atrás haciendo que quede encima de él y luego rueda a su costado colocando un pierna encima de mi. Ahora sí que estoy completamente inmovilizado. —Arik... —murmuro —Dejame, tengo que irme ya —envuelve mi cabeza entre sus brazos y lo siento olisquear mi cabello.

Anda raro este chico últimamente.

—No te vayas, Sora.

—Sabes que tengo volver a casa —le digo.

—No es eso.

—¿Entonces qué? —cuestiono, sin entender.

—Es que no quiero que nos separemos —responde e intento alejarme para mirarlo pero su agarre no afloja.

—No nos estamos separando, Arik.

—Lo sé pero, joder...no quiero dejarte —me abraza más fuerte, me está dejando sin aire.

—Oye, afloja un poco que me asfixias...

—Perdón —suelto un suspiro —Solo...quiero que estemos así un poco más ¿sí? Por favor, no te vayas todavía, no lo hagas —¿por qué está diciendo eso? No entiendo nada.

—Estás actuando muy raro, Arik.

—Prometeme que si me voy me vas a esperar —emite, bajando el tono de su voz.

—¿A dónde te vas? ¿De vuelta a Rusia? —cuestiono.

—Prometelo, Sora.

—Bien, lo prometo.

Las apariencias engañan [ yaoi/gay ] +16 *EDITANDO* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora