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KIRA

Pirata.

Seré un maldito pirata.

La risa de Nagisa se escuchaban por toda su habitación, se estaba burlando de mi por lo que me tocaba hacer pero lo dejé hacerlo porque, verlo reír aunque sea de mi era algo que me gustaba presenciar. No quería tener que ver más aquella expresión triste en su rostro. O ver dolor reflejado en sus celestes ojos.

—Te verás tan bien de pirata, Kira —limpió las pequeñas lágrimas que se habían derramado de sus ojos.

Me miró con una gran sonrisa y relajé mi expresión malhumorada.

—Me veo bien con todo —dije.

—Concuerdo —sus mejillas se volvieron rosas de inmediato —¡Es decir! Tienes buen cuerpo y por eso todo te hace ver bien.

Sonreí con picardía.

—¿Crees que tengo buen cuerpo? —su cara se volvió más roja.

—N-No es e-eso...es decir ¡Sí! Y-Yo... —tapó su rostro negando con su cabeza y reí bajito.

—Te sonrojas por todo, niñita llorona.

—¿Cuándo pararás de decirme así? —se quejó, cubriendo su cara con un cojín verde con rayas blancas.

—Nunca.

—Aish...

Ha pasado un corto tiempo desde que me he involucrado con Nagisa. Bueno, prácticamente me metí en su vida de una manera peculiar y de la cual no me arrepiento en lo absoluto, aunque sí de haberlo tocado sin su permiso...de eso sí que me arrepiento. Yo podría ser un idiota con muchos problemas para llevarme bien con los demás pero, me sentí poseído cuando lo arrastré a los baños aquella vez.

Y todo porque odiaba la idea de que a Sora le gustara ese enano.

¿Qué tenía de bueno él que yo no tenía?

Tal vez debí intentar tener algo con mi amigo en vez de simplemente creer que cuando tuviera pareja lo sobrellevaria bien porque sería una chica y no un tío. Pero, tuvo que aparecer ese maldito enano echando todo a perder. Hubiera preferido que Sora estuviera con una chica que con él.

—Te quedaste callado de pronto, Kira.

Salí de mis pensamientos y miré a Nagisa.

Sí que parece una chica. —Oye, tus rasgos son muy finos y delicados —solté sin pensar.

Él apartó la mirada un poco mordiendo su labio inferior. Observé como abrazaba el cojin contra su pecho con fuerza.

—Cuando nací mamá pensó que era una niña —respondió, con un tono melancólico.

—¿Te vistieron como una? Lo digo por tu apariencia delicada... —señalo su rostro y él me mira con una mueca en sus labios finos y rosas.

—No solo eso, toda mi familia me trataba de chica y no podía contradecirlos...era el único hombre en la casa de entre mis hermanas, excepto por los novios de mamá —explicó, acariciando sus brazos. Aquella expresión triste en sus ojos apareció de nuevo y me acerqué hasta la cama, sentándome muy cerca de él.

—¿Cuántas hermanas tienes? —quizás si indago en su vida poco a poco entienda un poco su dolor y, porque estaba tan alterado con la dichosa foto mencionando a un tal él.

—La última vez que viví con mi madre eran como cinco o seis, mamá estaba embarazada cuando me fui...no fue una bonita despedida, nos dijimos muchas cosas malas a la cara.

Las apariencias engañan [ yaoi/gay ] +16 *EDITANDO* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora