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KIRA

Son casi las doce de la noche cuando camino a casa, mi padre debe de estar en el hospital debido a que tenía una intensa fiebre de mas de cuarenta grados por lo que lo mejor que hice fue llevarlo con un profesional, ademas, de que no tenía tiempo para ocuparme de él por ahora. Luego de conseguir el otro empleo de medio tiempo en el restaurante y, salir de allí para el otro trabajo que tengo de noche es cansado. En uno tengo que estar de pie casi toda la tarde llevando y sirviendo platos con comidas y, en otro tengo que cargar cosas pesadas hasta tarde.

La paga es necesaria y, suficiente para pagar la casa y para comprar comida. Tengo que encargarme de la limpieza y de que mi padre no vuelva beber alcohol, necesito que sea el hombre de antes, uno capaz de mantenerse de pie por si mismo.

Abro la puerta largando un suspiro, lo primero que me golpea es un agradable olor que me abre el apetito totalmente.

—Oh, llegaste —Nagisa sale de la cocina y levanto mis cejas.

—¿Como entraste? —inquiero, confundido.

—Me diste una llave la última vez que fuiste a mi casa, dijiste que podía venir cuando quisiera —lleva una mano a su cadera la cual sostiene una espatula de metal.

—Ah, claro, lo olvidé.

Me quito la mochila de los hombros y me despojo de la chaqueta en mis hombros alborotando mi cabello rubio de paso. Nagisa vuelve a la cocina y me encamino hacia allí luego de dejar todo lo demás en el sofá color negro de la sala.

Observo varias platos preparados en la encimera, Nagisa se apresura en terminar de servir otras cosas más en algunos y luego cerrarlos bien, metiéndolos al refrigerador.

—Cuando no tengas tiempo de preparar algo puedes tomar uno del refri, solo debes meterlo al microondas unos minutos y listo.

—No tenías porqué hacerlo —digo.

—No me molesta —se encoge de hombros —Aparte, no estoy haciendo nada en casa y nunca salgo —sonríe de lado —Preparé esto para cuando llegaras pero ya esta frío ¿quieres que lo caliente?

—Dejalo, puedo comerlo así.

—Solo serán unos segundos —se apresura en meterlo al aparato pequeño y cuadrado y oprime los botones.

Lo observo fijamente sentándome en el pequeño banquito, lleva ese delantal rosa que me gusta tanto y, tiene el cabello recogido como puede porque algunos mechones se salen y se le pegan a la cara y frente toda sudada.

Es una excelente vista.

—Ya está.

Lo pone frente a mi y se me queda viendo esperando mi reacción al probarlo. Llevo un bocado a mi boca luego de soplarlo un par de veces y lo miro.

—Está muy bueno —asiento, llevando otro bocado a mi boca.

—¿Seguro? ¿No está salado? ¿La carne sabe bien? ¿No tiene mucha pimienta? —cuestiona, inclinándose hacia mi.

—No, está muy bien, delicioso.

—Oh, menos mal...creí que me había pasado.

—En serio, deberías estudiar para ser chef, no solo yo puedo disfrutar de lo que haces.

—Me gusta que solo tu lo disfrutes —muerde su labio inferior provocativa mente.

—¿Me estás insinuando algo? —inquiero, levantando una ceja.

—Tal vez —sonríe con picardía.

—De acuerdo... —dejo el tenedor de lado y me incorporo —Ven aquí —le hago un gesto con mi mano para que se acerque.

—No haz terminado de cenar...

—Eso no importa, ven aquí, Nagisa.

Él se aproxima a mi y acuno su rostro entre mis manos para darle un pequeño beso en los labios que estan brillosos y saben dulces.

—Eres la persona más adorable y linda que he conocido en mi corta vida —sus mejillas se vuelven rosaditas y me hace sentir algo cálido en el pecho.

—No es...cierto...

—Claro que sí —vuelvo a besarlo, me es imposible no hacerlo, no me puedo resisitir a él —¿Te quedas a dormir conmigo?

—Siempre.

[...]


Los labios de Nagisa están encima de los míos mientras reposa sus bracitos en mi pecho, una de mis manos sujeta su cintura mientras la otra sostiene su muslo para levantarlo un poco y así seguir con el movimiento de antes. Su lengua se encuentra con la mía y, suelta un pequeño jadeo antes de separarse un poco de mi no sin antes morder mi labio inferior.

Lo observo desde la cama como se incorpora tomando la iniciativa ahora de hacer todo el trabajo esta vez.

Su pelvis se mueve en circulos y atrapo su pequeña cintura con mis manos enterrando mis dedos en esta. Mi celular comienza a sonar por algún lugar de la habitación y lo ignoramos para continuar pero, el sonido es tan insistentes que me molesta, interrumpe mi concentración por lo que me levanto con Nagisa en mis brazos, rodeando mi cintura con sus delgadas piernas y, le doy una rápida hojeada a la habitación buscando mi celular hasta por fin ubicarlo.

Vuelvo a la cama dejando a Nagisa en esta y me cierno sobre él sin dejar de moverme, aumentando la velocidad esta vez porque no quiero dejarlo con las ganas.

—¿Bueno? —contesto.

¿Tienes el móvil de adorno o qué? —ruedo mis ojos escuchando la voz de Riku.

—¿Qué quieres? Estoy un poco...ocupado —Nagisa suelta un gemido agudo sujetando la sabana debajo de él y meto dos de mis dedos a su boca para que sea más silencioso mientras hablo por móvil.

No me interesa, necesito hablar contigo.

Frunzo un poco el ceño entre cerrando uno de mis ojos.

La lengua de Nagisa se mete entre mis dedos y entorno mis ojos hacia él reduciendo un poco la velocidad de mi embestidas.

—Kira...¡Kira!

—Ehh, sí, sí...estoy aquí ¿De qué quieres hablar conmigo? —cuestiono, volviendo en mi y en lo que me dice Riku que, suena algo molesto.

Es sobre Sora así que hablemos lo en persona ¿te parece? —explica y, cuando Nagisa comienza a chupar mis dedos trago saliva con dificultad.

—A-Ajá...mañana temprano podemos hablar, estaré ocupado en toda la tarde y...¡Aah...! —mordí mi labio inferior y le dediqué una mirada entre cerrando mis ojos al chico travieso debajo de mi —Noche, mañana t-temprano.

De acuerdo.

Acordamos de vernos en un lugar en específico y, luego nos despedimos. Tiro el celular por un lado inclinando me hacia el chico sacando mi dedos de su cabida bucal.

—Te gusta portarte mal ¿no es así? —cuestiono, sonriendo divertido.

—¿Con quien vas a verte? —me pregunta luego de que beso sus labios, succionando su saliva y lengua.

—Con Riku...el primo de Sora...quiere hablar de él —respondo, mordiendo la piel de su cuello donde yacen algunas marcas y mordidas mías de antes —Creo que sigue preocupado por lo de Arik.

—Mmmnhh...de acuerdo.

—Ya no hablemos, niñita llorona.

Volvemos a besarnos terminando lo que empezamos hace un rato mientras muestros cuerpos se funden en uno solo.

Las apariencias engañan [ yaoi/gay ] +16 *EDITANDO* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora