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SORA

Meses después...

—Que bueno es sentir algo caliente —suspiré, mientras los rayos del sol me daban de lleno.

Casi no salió ninguno en este largo invierno por lo que estoy aprovechando, menos los vi en las montañas cuando fui a visitar mis abuelos. Me hubiera gustado ir con Arik cuando fui a las aguas termales pero como ni mis padres estaban enterados de que saliamos o de quien era...ni de coña.

—Yo también la pasé mal sin ti, Sora, gracias por preocuparte y extrañarme —rodé mis ojos al escuchar a Kira.

—Sí, incluso mi novio extrañaba más el sol que a mi. Es el engaño más extraño que me han hecho.

Les saqué la lengua.

—Amargados.

—Bajate de ahí antes de que te rompas un hueso —dijo mi mejor amigo. Adam a su lado levantó la cabeza para mirarme, engullendo un chocolate en su boca. Bajé del pequeño almacén de la azotea y me acerqué a mis amigos y mi novio.

—¿Cómo esta Nagisa, Kira? —le pregunté a mi amigo sentándome en las piernas de Arik —Hueles un poco raro... —comenté en cuanto aquel extraño olor se desprendió de su ropa. Adam regresó su vista a su celular, parecía no escucharnos debido a los audífonos que llevaba puestos. Mi amigo el rubio entorno los ojos a otra parte con fastidio.

—Bien, ¿sabías que por internet terminas el instituto más rapido? —dijo, como si estuviera confundido.

—¿En serio? —levanté mis cejas.

—Ajá. También él ha estado ocupado y eso pero está bien, me he asegurado de decir eso sin que sea mentira —afirmó y sonreí.

—Me alegra escucharlo, quizás lo visite pronto, le llevaré algo dulce —dije.

—Lleva algo para Mandy también, esa mocosa siempre pregunta por ti.

Recordé a la hermanita de Nagisa y sonreí más.

—Vale.

—Como sea, no quiero verlos a punto de meterse mano así que mejor me voy. Vamonos, Adam —Kira arrastró al chico del cuello el cual lo siguió en silencio y los vi alejarse hasta salir de la azotea.

—¿Tu me extrañaste, Sora? —ronroneo Arik en mi oído. Me giré para mirarlo acomodando me en sus piernas.

—Cada día —besé sus labios unos cortos segundos.

—Yo tambien te extrañé —sus manos sujetaron mi cintura. A mi mente llegaron las palabras de mi madre. Sabía que ella tarde o temprano me recordaría que invitara a Arik a casa para conocerlo pero yo aún ni siquiera les había dicho que era mi novio.

—¿En que piensas, Sora? —me preguntó, acariciando mi mejilla.

—¿Te gustaría venir a mi casa? —le pregunté.

Él sonrió con picardía.

—Siempre.

—No es para eso —le dije —Es para que conozcas a mis padres —expliqué.

Su sonrisa se borró.

—¿Tu ya les dijiste que...?

—No.

—¿Entonces?

—La otra vez cuando salimos con Heather y su novio que luego fuimos a tu departamento y, pase la noche allí, mis padres me reclamaron el porque no llegué a casa.

Las apariencias engañan [ yaoi/gay ] +16 *EDITANDO* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora