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SORA

—No le caigo bien a tu amigo el rubio.

—¿Qué dices? ¡Él es así con todos! —sonrío para que ya no se preocupe por no agradarle del todo a mi mejor amigo pero sería más porque no se conocen bien.

—Pues me mira con odio, como si quisiera matarme.

Lo abrace de manera floja.
—Nadie podría odiar a alguien tan lindo como tu —besé su cabeza mientras la acariciaba, me recordaba a un pequeño cachorro.

—Basta, Sora... —rió —Eres tan empalagoso.

—No lo puedo evitar, eres una ternurita —casi estoy encima de él y, no es una posición en la que deba estar con Arik, no después de que he intentado besarlo tantas veces sin mucho éxito.

Porque yo mismo me detengo.

—Yaaa...

Los mechones de su cabello negro se elevan hacia arriba dándome más acceso a todo su rostro sonrojado ante mi. Sus ojos negros se ven más grandes mirándolos desde arriba, con las pestañas largas y rizadas. Siento como todo a mi alrededor se detiene y otra vez las ganas de besarlo me atacan con fuerza.

—Sora...

No sé como respirar y, mis ojos se desvían hacia sus labios finos y rosas humedecidos por su lengua en ese momento. Escucho su voz lejana, me inclino hacia él, solo quiero sentir que se siente besarlo, a él y, no me importa si es un chico, no me importa si no soy gay, si no es correcto; deseo hacerlo.

—Sora, Sora-

Ya no soporto que siga llamándome por lo que finalmente decido besarlo. Probar esos labios que me tenían tan tentado todo este tiempo; y, se siente tan cálido como pensé, pero mucho mejor. El beso a penas es como un roce lo cual intensifico a los segundos, él mueve sus labios tímidamente contra los míos y, es la primera vez que beso a un chico. No se siente tan diferente a los de una chica y me dejo llevar por el momento, tanto que el beso se vuelve más intenso y salvaje.

Las delgadas manos de Arik se enredan en mi cuello acercándome más a él y, por un momento olvido que estamos en la azotea del instituto pero lo ignoro de vuelta, concentrando me solamente en lo que estoy haciendo, en que estoy besando al chico más lindo y adorable de todo el maldito universo, que de verdad lo he hecho; estoy besando a Arik.

Cuando pasan un par de minutos nos separamos por falta de oxígeno.

Observo su rostro todo rojo y agitado.

Dios...se ve tan tierno y sexy con esa expresión. Él cubre su cara con su mano, avergonzado con lo que acabamos de hacer o eso creo. Quiero besarlo de nuevo hasta quedarnos sin aire pero la campana suena ese instante alertandonos de que debemos volver a clases.

Mientras nos levantamos siento un balde pesado de vergüenza caerme encima y, en consecuencia no sé que hacer con mis manos mientras caminamos hacia las escaleras.

He besado a Arik, al fin.

¿Ahora qué?

KIRA

Mi mano se aprieta contra el marco de la puerta de la azotea.

Esos dos...

Quiero golpear el rostro de Arik con mi pie. Alejarlo de Sora antes de que se enamore de él o, termine de hacerlo porque es evidente que ya le gusta. Me doy la vuelta para bajar las escaleras con furia, estoy tan enojado, finalmente lo ha besado, ha tenido el valor de hacerlo y me siento de alguna forma traicionado cuando lo vi. No pensé que Sora se atreviera hacerlo, bien, tenía toda la intención desde hace días pero que por fin lo hiciera me sentaba mal.

Las apariencias engañan [ yaoi/gay ] +16 *EDITANDO* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora