Esperaba paciente por Arik fuera del instituto, él había dicho que necesitaba ir al baño antes así que lo espero aquí afuera. Balanceando mis pies de vez en cuando mientras admiro el atardecer que casi comienza. El ocaso es algo muy bonito que me gustaría apreciar más seguido, con más detenimiento. Cuando tenga tiempo.
—Ya estoy aquí —pero ahora tenía algo más lindo que apreciar.
¿Eres tan cursi, Sora?
—Vamos.
Sonreí. Caminamos por toda la acera mientras charlamos acerca de lo que había pasado antes con Kira y el chico que me había pedido salir con él. El mismo que parecía una tía sin mucho esfuerzo. Debía admitir que tenía un lindo cabello. Era bastante lindo pero no tanto como Arik. Bueno, tal vez es mas bonito.
Y dices no ser gay, Sora.
—Tu amigo sí que tiene caracter —dice. Lo miro de reojo.
—Sí, así es él. Muy agresivo y mandón pero es mi mejor amigo.
—¿Por qué? —cuestiona y, me detengo antes de llegar a la cafetería que está cruzando la calle.
—Bueno, lo conozco desde hace años. Estoy acostumbrado a su manera de ser y, no es un mal tipo cuando lo conoces bien —Arik sonríe de lado arrugando un poco su perfilada nariz.
—Eres muy amable, Sora.
—¿Amable?
—Sí, pareces verle siempre lo bueno a todo, eso es lindo —cubre su boca al decirlo. Luce más lindo él haciendo ese gesto que no puedo evitar sonrojarme. Él cree que soy lindo ¡Ah! Mi cara enrojece aún más cuando su mano libre toma la mía para cruzar la calle como si fueramos pequeños.
Dios...me voy a morir ahora mismo.
Al entrar no soy capaz de hablar correctamente. No puedo articular palabra alguna mientra sigo sintiendo ese cosquilleo en mi mano derecha, el tacto cálido de su mano en la mía ha hecho que vuelva a sentir esa sensación extraña en mi pecho que se extiende por todo mi cuerpo y se siente realmente bien.
Termino pidiendo con voz extrañamente ronca un brownie con crema y un batido de fresas con menta. Tomamos asiento y, para bajar un poco lo avergonzado que me siento decido preguntarle cosas con respecto a él, para concerlo más porque eso hacen los amigos que recién hablan ¿no? Sí, solo somos amigos y podemos conocernos bien.
—¿Es cierto que vienes de rusia? —Arik me observa con tranquilidad. Me encanta tanto ver sus ojos negros.
Uy, tranquilo, Sora.
Niega con su cabeza. —Soy solo mitad ruso, no nací allá pero si viví la mitad de mi niñez con mi padre —eso me dió más curiosidad por su vida.
—¿Y tu mamá?
Creí por un momento que tendría alguna respuesta negativa de su parte, me precipité mucho pero al final Arik solo me dedicó una linda sonrisa.
—Ella vive en Hawaii. La visito cuando puedo, el viaje es muy largo y cansado —contesta mirando sus manos entrelazadas frente a él.
—Entonces...¿eres de Hawaii también?
—No, ¿Conoces Islandia? —cuestionó.
Fue mi turno de negar.
—Pues de ahí vengo, allí nací.Abrí mi boca impresionado.
—¿Sabes hablar el idioma de Islandia? —le pregunto una vez nuestro pedido a llegado. El da un mordisco al cupcake de chocolate con cubierta roja antes de responder.—No tanto, pero la mayoría hablan ingles así que no tuve necesidad de aprenderlo —la conversación se alarga más de la cuenta hasta que ya es de noche. Nos depedimos y, me dirijo a mi casa con una agradable sensación en el pecho que no me deja dormir en toda la noche. Fue el mejor insomnio que tuve nunca.
[...]
No estaba seguro de que demonios me pasaba últimamente pero, de la nada estuve a punto de besar a Arik en medio del pasillo lleno de estudiantes. Fue miércoles. Un absurdo miércoles donde el pelinegro me contaba algo sobre lo que había visto en la televisión el sábado pasado. No podía prestar atención a nada de lo que decía. Mis ojos estaban concentrados en el movimiento de su boca pero las palabras no llegaban a mi. O bueno, si lo hacían pero no entendía que trataban de decirme.
Y, de un momento a otro tenía a Arik acorralado contra los casilleros que casi nadie usaba. Sus ojos negros me veían espectantes.
Esperando a que hiciera algo más pero me estaba deteniendo porque el pasillo estaba lleno de personas que parecían ligeramente curiosas por lo que estaba haciendo o, a punto de hacer.
Y me sentí avergonzado.
La voz de Arik llamando me y luego yo saliendo de mis pensamientos me hizo darme cuenta de la situación y me alejé, con una estúpida excusa de que tenía pelusas en el cabello y, que solo intentaba quitárselas. Claramente no se creyó el cuento ridículo porque ni yo lo hubiera hecho, pero no dijo nada.
Simplemente sonrió.
Dejándome con la cabeza en las nubes, siendo una con el cielo y, dejando que mi completa ignorancia fuera más fuerte. Joder, yo estaba embobado mirándolo todo el tiempo, pensando en él, hablando con él y, cuando estaba con mis amigos, me mensajeaba con él.
En lo único que pensaba al dormir era en Arik.
En que estaba haciendo.
Si pensaba en mi también.
Y sonará más estúpido aún pero si hubiera estado en un lugar más privado estaba seguro de que iba a besarlo. No quería asustarlo ni arruinar nuestra amistad que era muy preciada para mi pero, cada vez que lo veo, cada vez que pienso en él no puedo evitar preguntarme que se sentirá besarlo, a qué sabrán sus labios, si son tan suaves como se ven o tan cálidos y tibios. Como reaccionará si lo hago, ¿Lo estará esperando? ¿Lo ansía tanto como yo?
Basta, Sora.
No debo mortificarme tanto al pensar en eso. Tengo que abstenerme de dañar nuestra amistad. Arik Koslov solo era mi amigo, el chico nuevo, no tenía mucho tiempo aquí y ya pensaba en estás cosas; es hilarante, no debo pensar de esta forma por alguien que apenas estoy conociendo.
No es correcto ni apropiado, por Dios, y encima es un chico como yo. A mi no me gustan los chicos, nuncae han llamado la atención, hasta que lo vi a él. Es muy extraño para mi la forma en la que me observa, como me hace sentir cuando está cerca de mi y, me desquicia no entenderlo.
Debería de grabarme la frase «solo amigos» en la frente para no ovidarlo y actuar de esta forma tan patética.
Apuesto a que si lo beso me rechazará y ya no querrá hablarme.
Es mejor olvidarme de esa idea descabellada.
ESTÁS LEYENDO
Las apariencias engañan [ yaoi/gay ] +16 *EDITANDO*
Roman pour Adolescents(COMPLETA) Sora O'Connell cursaba su segundo año en el instituto cuando llegó un estudiante nuevo, él parecía ser inofensivo e ingenuo, vivía todo el tiempo distraído y en su mundo por lo que Sora no le vió nada malo al acercarse a él para que sean...