Sus labios están sobre los míos en todo momento en que me está quitando la ropa. Se está tomando muy en serio todo de que quiere tomar el control y ser el activo esta vez. Sora es muy paciente al quitarme la ropa y, sus besos comienzan a subirse un poco de intensidad, no mucho, solo lo necesario para que me desespere y esté impaciente, deseando más.
Su mano acaricia mi nuca, jugando con mi cabello mientras su otra mano está en mi abdomen.
Esta paciencia y delicadeza de su parte me está enloqueciendo. Tengo unas terribles ganas de detenerlo, darle la vuelta y ser yo quien esté arriba de él, devorando lo. Haciéndolo mío, no al revés. Aunque no está tan mal tenerlo encima, quizás pueda convencerlo de que en vez de que me desvirgue pueda montarme y todo arreglado.
Sin darme cuenta, Sora me ha quitado los pantalones y se cierne nuevamente sobre mi, mi cabeza descansa en la almohada y, mientra la lujuriosa mirada de mi novio me observa con sus pupilas dilatas, me quedo un momento absorto pensando en mi vida ¿qué carajos estot haciendo? Esto va a dolerme tanto.
—Quita esa jodida cara, Arik —se queja, dándome un beso.
—No me siento cómodo con esto, Sora ¿por qué mejor no me montas y ya? —estrecho mis cejas y él sonríe.
—¿Y desperdiciar esta oportunidad de cogerme a mi novio? Nunca. Tu vas a ser mío justo ahora —contesta, para mi mala suerte.
Que terco que se está poniendo.
—Vale, termina con esto ya.
Dejo caer mi brazos a los lados, volteando mi cara para dejarle completamente acceso a todo mi cuerpo sin que me oponga.
—No te pongas así, intento ser tierno y gentil pero me está molestando tu indiferencia en esto. Tu aceptaste y es porque quieres que lo haga así que pon un poco de tu parte ¿sí? —levanto un poco mi cabeza ante el repentino desánimo de Sora y, me arrepiento un poco de verlo así ahora porque ha sido mi culpa.
—Lo siento, Sora. Yo...sí, sí quiero pero es incómodo ¿entiendes? Pero no importa así que ven y follame —extiendo mi mano hacia a él.
—Solo quería escucharte decir eso —sonríe maliciosamente antes de volver a besarme con furor.
La chispa de antes de Sora se enciende todavía más cuando nuestros labios se mueven a la par, sincronizados, como dos piezas perfectas de un puzzle. Presiono mis dedos en la cintura de Sora mientras una erección crece en mi, sus labios abandonan mi boca para besar mi mejilla y luego atacan mi cuello. Succiona mi piel, la parte más sensible de mi piel; sus dientes se encajan allí arrancando me un jadeo, muerden con fuerza, intensidad y, a pesar del ligero dolor y ardor se siente jodidamente bien que lo haga.
Sora se separa un poco de mi luego de chupar mi piel y cuando lo observo, un hilillo de sangre desciende de la comisura de sus labios.
—Tienes la piel muy sensible —emite, relamiendo sus labios dejándolos rojizos debido a mi sangre y, mis mejillas se vuelven rojas y calientes.
—Joder, Sora. Con esa cara sí dejo que me folles —emito, jadeando.
Él muerde su labio inferior antes de besarme de nuevo y sus manos recorren todo mi cuerpo, vuelvo a recostarme en la cama soltando un suspiro de satisfacción cuando su boca besa mi cuello bajando hasta mis clavículas y mi pecho. Su lengua pasa por todo mi pecho hasta detenerse en mis pezones y tirar de estos ligeramente con sus dientes.
Acaricio su cabello cuando los aprieta con sus dedos y succiona con fuerza. Un escalofrío me recorre toda la columna erizando los vellos de mi piel hasta que él se incorpora jalando mis piernas hasta acercarme a su pelvis a la mía.
—Como fuiste gentil conmigo, voy hacer lo mismo —alcanza el envase de lubricante y un condón.
Presiono mis labios echando mis ojos al techo mientras escucho como abre el envase, el sonido entre sus dedos y, cuando lo acerca a mi entrada abro grande mis esferas dando un brinco.
—Está frío —me quejo, uno de sus dedos se mete a mi entrada y se siente demasiado extraño.
—Relajate —susurra.
—¡E-Eso intento!
—Dame tu mano —nuestros dedos se entrelazan y, le aprieto la mano mordiendo con fuerza mi labio inferior.
Otro dedo se mete a mi entrada y comienza a moverlos lentamente. La sensacion es tan extraña que no puedo mirarlo a los ojos; Sora sigue moviendo sus dedos y, en algún punto ya estoy disfrutando el ritmo al que van cuando mete un tercer dedo volviéndolo incómodo de nuevo.
Cuando sus dedos dejan mi entrada respiro más aliviado.
—Date la vuelta.
Que seco ¿Ni un "cariño"?
La vergüenza me inunda todo el rostro cuando me doy la vuelta, sus manos levantan mis caderas y lo escucho rasgar el envoltorio del condón. Justo cuando pienso que ya va a meterla solo siento sus dedos de nuevo en mi interior. Comienza a moverlos aumentando la velocidad, ya no va lento, ni es tan gentil como dijero que sería pero no me quejo, simplemente me muerdo la lengua.
Aprieto mis manos enterrando mis uñas en las sabanas y procedo a morder la almohada que tengo a mi alcance para evitar soltar un gemido porque, maldición, me está gustando, me está gustando más de lo que debería. Su otra mano aprieta mi trasero y, cuando vuelve a sacar sus dedos siento un vacío en mi entrada. Joder, sus dedos son tan buenos, suelto un pequeño gruñido de frustración.
—Voy a meterla ahora —anuncia.
Siento la punta de su miembro presionar contra mi entrada. Muerdo mi labio inferior cuando empuja, un maldito ardor se extiende por todo el área cuando la mete.
—¡Ags, duele! —me quejo.
—Ni modo que sí, cariño, solo relajate y disfruta —acaricia mi espalda suavemente.
—¡I-Intanta tu ser más suave!
—No vas a romperte, no seas tan quejica, mi amor.
Entonces la saca y derrama algo de lubricante allí para volver a intentar meterla. Aún así duele, pero entra con más facilidad que antes. Intento por todos los malditos medios relajarme, disfrutar de esta mierda pero las lágrimas saltan de mis ojos cuando empuja más su miembro dentro de mi.
Ags, ¿que diablos es esto? Duele pero se siente bien.
Sora se mueve lentamente, es casi una maldita tortura. Me sigo quejando contra la almohada y, suplico en mi mente que se mueva más, que deje de ser tan gentil ahora y me folle bien pero me muerdo la lengua con fuerza porque no quiero decirlo.
—Nngh... ngh... ngghh... Sora...joder —murmuro.
—Aahh, sabía que...se sentiría bien estar dentro de ti —da una maldita estocada y se me nubla la mente. Me quedo en blanco por un momento y suelto un jadeo sonoro dejando la almohada de lado.
Aumenta la velocidad tan rápido que no me da tiempo ni de pensar en si lo estoy disfrutando o me estoy quejando de que lo estoy disfrutando. En todo caso, me gusta, joder sí, me gusta como me esta follando mi novio.
—¿Estás disfrutandolo? ¿Te gusta como me muevo, Arik? —siento su pecho pegarse a mi espalda, su brazo envolverse en mi cintura y, su aliento chocando con mi piel caliente.
—C-Callate, mierda, solo callate —emito ante un gemido involuntario que se me iba a escapar.
—Puedes hacer esos sonidos para mi, cariño —me muerde el cuello y alejo la almohada para mirarlo por encima de mi hombro, entre mis cabellos rebeldes.
—V-Vete a la mierda —gruño.
Se incorpora con una sonrisa.
—Eres tan lindo —vuelve a darme una fuerte estocada y cuando comienza a darme en ese punto que me hace temblar las piernas, llevo mi mano temblorosa a mi pene para tocarme porque ya me está doliendo.
—Termina conmigo —gruño —Follame fuerte, joder, Sora.
—Como tú quieras, cariño.
ESTÁS LEYENDO
Las apariencias engañan [ yaoi/gay ] +16 *EDITANDO*
Novela Juvenil(COMPLETA) Sora O'Connell cursaba su segundo año en el instituto cuando llegó un estudiante nuevo, él parecía ser inofensivo e ingenuo, vivía todo el tiempo distraído y en su mundo por lo que Sora no le vió nada malo al acercarse a él para que sean...