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SORA

—Recuerda que es a las ocho en punto ¿vale?

—Vale, lo he pillado —afirma.

Me pongo la chaqueta y luego me subo el cierre de los pantalones. Procedo a ponerme los zapatos mientras Arik permanece en la cama, fumando un cigarrillo con tranquilidad. Tiene las mejillas hundidas y el pelo desaliñado. Aunque esto último es culpa mía, je. Mañana es la cena con mis padre y se lo he repetido muchas veces a Arik para que no tenga excusas de no ir. Ha aceptado y mamá lo sabe. Solo espero que pueda llegar a tiempo, mi madre es una maniaca de la puntualidad.

—Ya me voy, recuerda la cena de mañana —repito.

—¿No me das un besito de despedida? —hago una mueca al verlo mientras se lleva el cigarrillo a la boca para darle una buena calada.

—Claro...

Me acerco a él y le planto un fugaz beso que dura menos de cinco segundos y salto de la cama para irme ya.

—Te veo luego —me despido por última vez y, antes de cerrar la puerta digo: —La cena es mañana, Arik.

—Que sí, Sora, no se me va a olvidar.

Entre cierro mis ojos y cierro la puerta finalmente. Salgo de su departamento y luego del edificio. El día esta tranquilo y cálido por lo que caminar se me hace muy bonito, pienso pasarme un corto momento por donde Nagisa ya que Kira pasa más tiempo allí que en su departamento, así poder recordarle que mañana sería la cena.

Fácilmente podría avisarle por un mensaje pero ya que estoy por aquí no me molesta caminar a su casa.

—¡Te dije que no! ¡Dejame en paz! ¡No me toques, Murakami! —me detengo un momento mirando hacia el callejón por la voz tan familiar que se escucha. Ladeo mi cabeza para ver mejor de quién se trata cuando veo el pequeño cuerpo de Dai estamparse contra la pared.

Un tipo mucho más alto de cabello naranja algo corto y, que lleva ropa casual es quien se aproxima a él, acorralando lo. Levanto mi cejas ante lo que veo, me debato internamente en si seguir mi camino, interrumpir porque Dai me agrada o, quedarme observando mientras me escondo. Todas son muy viables para mi.

La tercera parece más convincente.

—¿Por qué te sigues haciendo el difícil conmigo? —el chico se inclina hacia él como si fuera a besarlo y Dai pega su cabeza de la pared de ladrillos, evitándolo.

—Porque me das asco.

Abro mi boca en una perfecta O.

—Eso no decías antes.

—Pues es lo que digo ahora.

—Mientes, se que siente algo por mi todavía, lo veo en tus ojos.

Dai aprieta sus manos en puños. Nunca antes lo había visto pelear o actuar agresivo, sé que Issey le tiene algo de miedo y, el mismo Arik me ha confesado que le asusta pero, hasta ahora, no lo había confirmado con mis propios ojos.

—Lo único que siento por ti es asco, como crees que voy a seguir queriendo a la persona que me engaño y se burló de mi en mi cara ¡¿Con que maldito derecho vienes a decir eso?!

—Tuve mis razones.

—¡Que razones ni que mierda! ¡Eres un maldito desgraciado! ¡Alejate de mi! —Dai lo intenta apartar pero el chico ni se inmuta. Es una roca sólida.

—Escuchame, Kimura, escuchame —sujeta sus manos antes de que lo golpeen —Se que te lastimé pero creeme cuando te digo que no fue mi intención, sabes que solo quería estar contigo pero mi padre me presionó para estar con Emi y lo sabes.

Las apariencias engañan [ yaoi/gay ] +16 *EDITANDO* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora