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KIRA

Pasar tiempo con mis amigos era algo que amaba hacer, desde que había dejado de visitar a mi padre por si seguía vivo y asistiendo al trabajo como debería, comencé a preocuparme por otras cosas. Como conseguir yo algún empleo de medio tiempo porque era seguro que mi padre con su alcoholismo no duararía mucho que digamos. También estaba Nagisa en mi mente. Desde que ese tipo fue a buscarlo al instituto la otra vez y, refiriéndose a él como lo hicieron esas chicas en el centro comercial luego de mencionar una dichosa foto, él ha estado un poco decaído.

Aunque se empeña en sonreír y aparentar estar bien sé que no lo está. Estaba muy preocupado. Y yo lo estoy más por él.

Tenía la sospecha de que aquel tipo tenía que ver con esa foto y, ¿qué demonios era esa foto en primer lugar? Seguía sin verla porque quería respetar su decisión de que no lo hiciera pero, tenía mucha curiosidad por saber de qué se trataba. Los ronquidos de mi padre se escuchaban por toda su habitación y, luego de terminar de limpiarla pude salir.

Recogí las botellas vacías y los vidrios rotos de algunas para comenzar a barrer el piso.

—Que desastre...

La casa donde crecí se encuentra llena de basura y botellas de alcohol de diferentes marcas. Me hace sentir triste ver todo esto. Yo pasé aquí mi infancia, la mejor que tuve cuando mamá estaba viva y, creí que con mi padre cerca podía aprender a superar su partida que me había costado tanto asimilar debido al trauma que había tenido al verla ese día en el baño, pero no fue así al final.

Mi padre estaba tan herido como yo, tal vez más.

Y aun así descargar su furia y tristeza en mi no era la manera correcta. Yo tenía un límite que él no supo respetar y de todas formas sigo regresando a verlo para saber si está bien, hago la compra algunas veces con el dinero que me sobra y limpio la casa porque se que él está demasiado ocupado con el trabajo y manteniéndose ebrio para no recordar la muerte de mamá. Luego de terminar lavé mis manos y salí de casa tomando mi mochila.

Salir del instituto a limpiar la casa donde vivía antes era agotador porque el recorrido era largo y ya no me quedaba dinero para pedir un taxi o irme en el transporte. Está anocheciendo tan lento.

En cuanto llegue a casa me voy a dormir, pero antes...

Atravesé el jardín hasta irme por el lateral de la casa, observé la ventana donde la luz estaba encendida. Las cortinas corridas y abierta. Que fácil. Trepo con mucha facilidad con ayuda del arbol que estaba cerca de allí y, entré a la habitación de Nagisa. Su casa queda muy cerca de la de mi padre y disfruto darle pequeños sustos a veces por lo que me cuelo a su dormitorio con regularidad. Él debería de cerrar su ventana en la noche por seguridad.

Dejé mi mochila a un lado y escuché la ducha abierta así que me acerqué con curiosidad hasta el baño.

—Nagisa... —susurré, acercándome a la ducha. Parece que no me escuchó.

Tomo la cortina del baño para abrirla un poco y asomo mi cabeza. —Nagisa ¿Por qué no me contestas? —cuestiono, con una sonrisa burlona.

—¡AAAAHHH! —gritó, asustado. Reí al ver su reacción. Justo la esperada.

Que bien se ve asustado con el rostro rojo mientras se cubre el miembro. Ni que me interesara verlo de todas formas, me conformo con solo ver su rostro avergonzado.

—¡Eres increíble! —me fulminó con la mirada. Mordí mi labio inferior observando como el agua cae en su cuerpecito. Que pequeño se ve. —¡¿Qué estás mirando?! —su cabello se veía más oscuro mojado y sonreí aun más.

Las apariencias engañan [ yaoi/gay ] +16 *EDITANDO* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora