—Veo que tu plan funcionó.— Hakeem sonríe al ingresar al departamento de su amigo.
—Por el momento.— Comenta mirando en su dirección.
—¿Terminó mal?— Arruga su entrecejo.
Arden suspira. —Aburridon, ese idiota siempre tiene que estar en el medio de todo.— Murmura rodeando los ojos.
Hakeem se interesa con una sonrisa burlona al escuchar su nombre. —¿Qué hay con él?— Sonríe cruzándose de brazos.
—No deja que ella se libere, y si no hacemos que ella confíe en sus propios instintos nunca va a saber defenderse sola.— Asegura molesto.
—Y eso es más trabajo para vos.— Comenta molesto.
Arden asiente.
—Eso no es problema.— Rueda los ojos
Y su amigo también lo hace.
—No tengo en nada en contra de esa niña, incluso, me cae bien, pero si ella no se sabe defender vos estás expuesto el doble y ese es mí problema.— Le recuerda.
El semidiós suspira y asiente.
—Hoy avanzamos. Realmente fue un gran avance, pero después todo se va al diablo cuándo lo menciono y le hago darse cuenta de que tiene que abrir los ojos cuándo está frente a él.— Murmura poniéndose más cómodo en el sillón.
Hakeem lo imita.
—¿Vos estás bien?— Arruga su entrecejo.
—¿Por que?— Rueda los ojos ante su pregunta.
—Besaste a la chica que te atrae.— Se ríe y toma de la mesa baja sus golosinas.
Las mismas que nunca faltan en ninguna de las dos propiedades.
Arden arquea sus cejas. —¡Ella no me gusta!— Comenta con una mueca de asco.
Hakeem suelta una carcajada. —Yo dije atrae, no qué te gusta, son dos cosas diferentes, pero si vos querés decir que ella te gusta de manera inconsciente, estás en todo tu derecho.— Se ríe.
Su amigo rueda los ojos.
—¡No seas intenso, Hakeem!— Cierra los ojos y de su mano sale Deaton...
Su basilisco.
Hakeem mira a la enorme serpiente bajar al suelo y enrroscarse a un lado de Arden.
—¿Me estás amenazando?— Mira fijamente a Deaton.
Y luego sonríe cuándo él basilisco le muestra los dientes.
—Ya... Dejen de molestar.— Suspira frustrado.
Hakeem sonríe comiendo su dulce de regaliz. —No te enojes, solo fue un comentario... Yo no aguantaría tenerla así, simplemente creí que te estaba pasando lo mismo.— Bromea.
Arden, cierra los ojos y suspira poniéndose de pie.
Deaton lo sigue, de camino al balcón aterrazado que tiene en aquel piso.
—Jamas la vería de aquella manera, es sólo una bebé para mí, además de que sabes que tengo que cuidarla, y que lo hice desde las sombras y ahora lo hago estando frente a ella, pero eso no cambia nada.— Se queja asqueado.
Al mismo tiempo que los dos saben que está diciendo una mentira.
Hakeem sonríe de costado.
—Pero vas todas las noches a verla.— Suelta.
Arden suspira al escuchar sus palabras. —Es por Seth.— Admite dándose vuelta para volver a ingresar al living...
—No es necesario que finjas conmigo que ella no te interesa.— Sonríe.
ESTÁS LEYENDO
El Hijo de Hades
FantasyToda tu fe en la humanidad no bastará si subestimas a quién tienes enfrente. Únete a esta historia de Blaire Morel y Arden Abbot en donde ambos aprenderán del otro sin darse cuenta hasta que sea demasiado tarde como para evitarlo. 💎 Portada increíb...