Blaire jadea al sentir sus ojos pesados, y a medida que los abre poco a poco puede llegar a distinguir que se encuentra atada a una especie de sillón, lo suficientemente grande cómo para qué sus pies no lleguen al suelo.
Lo cuál la hace ponerse más nerviosa, cuándo corrobora que está atada con sus piernas separadas, siendo mucho más difícil poder patear o moverse para escapar.
Había visto al verdadero Issac y ahora mismo le aterraba la idea de haber creído qué aquel chico era amable cuándo se lo cruzo por primera vez en el campus de la facultad. No pudiendo dejar de pensar que todo aquello también era su culpa por el hecho de no haber prestado atención a su entorno, y haberse encontrado hablando de manera distraída para con su druida de lo furiosa que se encontraba sobre Arden.
Podía reconocer a la distancia, al menos un grupo de seis chockers, los mismos eran asquerosos cómo siempre los recordaba, pero se mantenían quietos en la puerta, cómo si estuvieran esperando a alguíen, o la aprobación de Issac de hacer algo.
Y cuándo vuelve a pensar en Issac y deja de prestar atención a lo mareada qué se encuentra y a cómo duele su cabeza y cuerpo, centra su atención en él, sentando en una silla frente a ella, con una maldiciosa sonrisa en su rostro.
Mirándola fijamente, analizando cada una de sus muecas, facciones y hasta incluso el color tan perfecto de su piel y cabello.
Queriendo encontrar similitudes, algo qué le diera la pauta de qué de verdad eran medios hermanos, aúnque, aquello no sería ningún impedimento para Issac en pensar qué Blaire era completamente candente.
—Hola, hermosa.— Issac sonríe. —Lamento las condiciones en las qué nos volvemos a encontrar, pero no me diste otra alternativa.— Frunce sus labios fingiendo preocupación.
Blaire, vuelve a parpadear, sintiendo qué si esas cuerdas no estuvieran tomando de sus manos y de sus piernas, prácticamente caería, y no sería capaz de sostenerse por si misma.
—¿Qué me hiciste?— Titubea llorando levemente, a pesar de qué lucha con toda su fuerza para contener dichas lágrimas frente a él.
Y no es qué tiene miedo por ella, tiene miedo por Seth, pensando, aún qué puede ser él, quién esté dentro de su cuerpo, gracias a que no lo siente y eso la poner cada vez más angustidada.
—"¿Seth, decime qué podés escucharme y qué estás bien, por favor, si?"— Titubea en su mente.
Issac hace un puchero, y se levanta para colocarse en cuclillas delante de ella y quitar cada una de sus lágrimas, para luego llevar sus dedos hacia sus labios y lamer las mismas. —Sos hermosa y dulce.— Sisea ronco luego de aquello.
Blaire arruga su entrecejo, lo qué está haciendo no tiene lógica, y parece realmente un psicópata, por lo que todo en sj interior se remueve, menos lo que ella quiere, necesita qué ese oscuro salga.
—"Seth, se qué estás ahí, y se qué ese estúpido de Arden te lastimó con su basílico, pero tenés qué despertar, te necesito y necesito saber qué estás bien, es lo único que importa, tenés qué escapar."— Titubea en su mente.
Issac sonríe nuevamente. —Por más esfuerzo que hagas, hermanita, no va a despertar ese parásito en tu cuerpo.— La mira aburrido y algo obvió.
Ella alza su vista para cruzarse con sus ojos, su cabello es similar al de Arden, pero no lo logra ser igual, y se pregunta porqué piensa en él en estos momentos, cuándo en lo único en lo que debería de pensar eso en cuánto lo repudia por haber matado al mejor amigo de su mejor amigo.
Al mismo tiempo que no puede dejar de observar y de conectar las posibles similitudes que ellos dos tienen, siendo como una extraña obsesión por parte de la persona que tiene enfrente de parecerse al semidiós.

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El Hijo de Hades
FantasyToda tu fe en la humanidad no bastará si subestimas a quién tienes enfrente. Únete a esta historia de Blaire Morel y Arden Abbot en donde ambos aprenderán del otro sin darse cuenta hasta que sea demasiado tarde como para evitarlo. 💎 Portada increíb...