—Yo... Recordé qué tengo algo que hacer.— Hakeem sonríe parpadeando.
—"Voy a matarte."— Sisea en su cabeza.
A lo que su amigo no puede hacer más que morder su labio inferior, negando con la cabeza, sintiéndose realmente la persona más estúpida del planeta en estos momentos.
Era tan importante que llevar a ese mensaje que ni siquiera se había percatado de que la pelirroja podía estar escuchando la conversación, y no le parecía para nada extraño, teniendo en cuenta que le habían estado ocultando durante tanto tiempo tantas mentiras y verdades, que ahora era imposible que ella pudiera confiar en alguien, o que, en esta oportunidad, no tuviera curiosidad de saber qué es lo que tenían que hablar.
—Te quedas.— Blaire lo señala con uno de sus dedos y lo observa de manera amenazante.
—¿Que?— Hakeem se ríe nervioso pasando una mano por su nuca.
—¿Estás sordo, acaso?— Aprieta sus labios.
—Creo qué es mejor que ustedes hablen solos y yo vengo en otro momento para seguir hablando de lo que sea que tengamos que hablar, que no es nada importante.— Sonríe mostrando toda su fila de blancos dientes en una mueca completamente nerviosa.
Blaire sonríe de costado moviendo su cabeza, analizando ambos masculinos desde su ubicación.
—Estimo que es por demás importante cómo para que hayas irrumpido en nuestro entrenamiento y Arden no te haya dicho que vuelvas en otra oportunidad, por lo cual quiero que sigan hablando luego de que me expliquen de quién estamos hablando.— Infla su pecho y sube sus manos de manera obvia.
—Quedate.— Arden sisea.
Apretando su mandíbula y manteniéndose completamente frustrado ante ellos dos.
No es que siempre le fuera a ocultar cosas a Blaire, sino que en este preciso instante no le parecía la mejor idea de comentarle quién era ella.
No ahora que recién estaban empezando a vivir su vida y comenzar a moverse cómo esa pareja sólida y estable que ambos pretendían ser.
Además, de que había algo que le generaba por demás impotencia y era el hecho de que todo siempre parecía ser tan mundano y conflictivo, cuándo, en aquel entonces, cuándo ni siquiera había admitido lo que sentía por la pelirroja, no tenía esta especie de sentimientos frustrantes que lo acompañaban a todo momento.
Y si bien, era algo de lo que tenía que acostumbrarse ahora mismo que estaban en pareja, y que tendrían que compartir entre los dos, era completamente incómodo poder acostumbrarse del todo a estos cambios bruscos que él no dejaba de llamar como cosas triviales y algo sosas qué le parecía que era más un tema de los mundanos que de los seres sobrenaturales, cómo lo eran ellos.
—Bien.— Infla su pecho bajando la mirada en un tono completamente arrepentido. —"Lo siento."— Agrega en su mente sólo para él.
—"No digas ni una sola palabra a menos que te lo autorice, y esperemos poder salir ilesos de esta porquería sin que haga demasiadas preguntas al respecto."— Pide de la misma forma.
Blaire achina sus ojos, observando cómo el semidioso se mueve por la cocina para traerle un café para ella y agregar algunas delicias más a lo que le había ofrecido a su mejor amigo y guardián.
—¿Pueden dejar de hablar fingiendo que no estoy acá?— Sonríe cínica.
Arden suspira dándose media vuelta y alzando sus manos para colocarse a un lado de ella. —Muñeca, nadie está hablando algo importante que no tengas que saber.— Es sincero mordiendo su labio inferior.
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El Hijo de Hades
FantasyToda tu fe en la humanidad no bastará si subestimas a quién tienes enfrente. Únete a esta historia de Blaire Morel y Arden Abbot en donde ambos aprenderán del otro sin darse cuenta hasta que sea demasiado tarde como para evitarlo. 💎 Portada increíb...