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—Si lo estás buscando, te aviso que hoy no vino.— Silvye burlona la codea.

Blaire tuerce sus cejas al escuchar a su mejor amiga. —¿Eh?— Se hace la desentendida.

Silvye vuelve a sonreir entregándole su café. —Arden, el demonio malote semidiós, no vendrá hoy.— Se ríe mordiendo su labio inferior.

—No lo estaba buscando.— Arquea sus cejas.

—Si...Y yo no soy druida.— Sonríe pestañeando.

Blaire, infla su pecho incapaz de poder ocultarle algo a su mejor amiga y compañera, prácticamente, de toda su existencia.

—¿Sabes si le pasó algo?— Cuestiona algo ¿Preocupada?.

Silvye sonríe negando con la cabeza. —Simplemente se que no vino, siempre se siente su aura, es por eso que al verte buscarlo te dije que no lo encontrarías.— Explica subiendo sus hombros.

—Si... Igualmente no lo buscaba, sólo me extraño que no estuviera husmeando por ahí.— Comenta bebiendo de su vaso.

—¿Así que anoche te ayudo de nuevo?— Intenta cambiar de tema.

—No soy muy buena en defensa realmente, y él apareció luego de que te deje en tu casa.— Aprieta sus labios.

—Tomo eso cómo mí responsabilidad.— Se lamenta.

—¡No es tu culpa, Silvye, tengo a Seth y Arden parece estar atrás de mí nuca todo el tiempo por ender no estoy sola nunca!— Le recuerda.

—El chico sólo te cuida, Blaire, no lo hace porque sea su hobbie favorito tampoco.— Suspira, y habla de manera perspicaz para que no ponga esa cara.

—Lo se.— Suspira. —Pero soy un asco defendiendome y creo que soy molestia para él.— Agrega abrumada.

—Podriamos practicar en el bosque, a las afueras.— Sube sus hombros intentando ayudar a su amiga de alguna manera.

La pelirroja se ilusiona levemente ante la propuesta que le está haciendo su mejor amiga, quizás sea una buena forma de poder quitarse de la cabeza a ese demonio semidiós que no deja de aparecer en cada uno de sus pensamientos.

—¿Me ayudarías?— Arruga su entrecejo.

Silvye sonríe y asiente. —¡Por supuesto! Podemos ir este fin de semana aprovechando que no trabajas.— Sonríe y propone.

—Eso sería bueno.— Admite, moviendo su cabeza a un costado.

—No se los mejores movimientos cómo debe de saber Arden pero algo haremos.— Bromea.

—Eso bastará.— Murmura Blaire y rueda los ojos negando ante la burla de su mejor amiga.

A lo lejos ve venir a Karim, a quién realmente no quería ver...

De tan sólo recordar lo que había pasado con el la noche anterior y como había iniciado el día con su compañía, lo único en lo que podía pensar era en salir huyendo cuanto antes.

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—Buenos días.— Karim aparece por el comedor, ya vestido para ir a la facultad.

Blaire deja la medialuna que iba a sus labios y sonríe apretando sus dientes. —Buenos días.— Responde bajito.

La incomodidad se hace presente en el ambiente.

Él camina hacía la cocina por café y su tostadas de pan de campo de siempre. Cuándo vuelve toma asiento frente a Blaire y no despega la mirada de su rostro pálido y suave.

El Hijo de HadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora