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—¿Mal día, no?— Sonríe jugando con un regaliz.

Blaire traga saliva y sigue manteniendo la taza de te en sus manos, dándose calor. —Creo que les arruiné el día a ustedes.— Aprieta sus labios.

Hakeem sonríe.

—En cierto punto, no es tu culpa, pero cuando ocurra algo así deberías de llamarnos.— Rueda los ojos.

Blaire aprieta sus labios un poco apenada, le molestaba sentirse como una chiquilla. —¡Tampoco es que lo pueda prevenir!— Sisea, achinando los ojos.

Hakeem suelta una carcajada.

—Tenes que intentar hacerle caso a Arden, en las cosas que él te dice y pide.— Sentencia, ahora un poco más serio.

Ella remoja sus labios. —A veces siento que no está a gusto con esto en absoluto, y no lo culpo, pero yo no lo pedí.— Arquea sus cejas molesta.

Hakeem suelta un suspiro ya que lo más probable es que su mejor amigo este escuchando toda la conversación en su cómoda habitación.

—Arden es la realeza, Blaire, él no tiene porqué hacer este tipo de encargos.— Le recuerda arqueando sus cejas.

—¿Por que lo hace entonces?— Deja la taza sobre la mesa y vuelve a abrazarse a ella misma.

—Es un favor que le pidió el jefe.— Sube sus hombros.

La pelirroja sonríe irónica.

—Sin ánimos de ofender, tu amigo no parece ser una persona que cumpla las reglas.— Relame sus labios.

Hakeem sonríe de costado. —Esto es distinto.— Suspira apretando sus manos entre sí.

—¿Que es lo distinto?— Se queja.

Hakeem suspira cerrando los ojos.

Al mismo tiempo que recuerda la conversación que tuvo con su mejor amigo hace unos meses.

—Solo es distinto, Blaire...— Insiste no pudiendole dar más información.

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¡¿La misión del jefe te tiene así?!— Se ríe dejandose caer sobre el sillón de su amigo.

Arden suspira y se sienta de manera delicada. —¡Es una chiquilla inquieta!— Se queja.

Hakeem abre sus ojos sorprendido por tal declaración. —¿Por que no lo delegas?— Suspira subiendo sus hombros.

—Algo más ocultan, Hades me oculta algo fundamental que une a la muñequita con el infierno.— Chasquea la lengua.

—¿No sé lo pregúntaste?— Insiste.

Arden rueda los ojos. —Hades es demasiado cínico para admitir una mentira, tendré que averiguar de otro modo.— Suspira entrecerrando sus ojos.

—¿Por eso guardar el grimorio que encontraste hace tiempo y nunca le dijiste a Blaire, verdad?— Sonríe divertido.

Arden pasa una mano por su mentón y asiente.

—Aun intento descifrar lo que esos malditos brujos han escrito.— Niega con la cabeza.

—¿Crees que aburridon sospeche de algo que nosotros no sepamos?— Frunce sus labios.

El Hijo de HadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora