El Hijo de Hades

14

—¿Sabes algo de Blaire?— Karim suspira en la puerta de la casa de silvye.

—¿Hola, Karim, cómo estás?— Saluda cínica.

A lo que él suspira rodeando los ojos y volviendo a suspirar cómo si fuera lo único que supiera hacer.

—¡Lo siento, hola!— Suelta cansado.

La druida se hace a un lado dejándolo pasar a regañadientes.—Esta con él, si eso es lo que querés saber.— Aprieta sus labios encaminadose ambos a la cocina.

Karim suspira tomando asiento en la silla de la mesa redonda.

Es por eso mismo que ella no tiene más que hacer que suspirar y mirarlo de manera cansada reconocer que de verdad no tiene ganas de hacer tiempo de caridad con él, no obstante aparentemente no le queda otra alternativa y no hace más que recibirlo en la comodidad de su casa.

—Lo suponía.— Se queja molesto.

Silvye deja una taza de café frente a él. —No te enrosques tanto con el tema, Karim.— Insiste. —En definitiva él la está cuidando y deberíamos de estar agradecidos por más que no nos caiga de todo en gracia.— Rueda los ojos.

Karim se sobresalta cómo si a silvye se le hubiera zafado un tornillo.

—Si ella pasa tiempo con él, no será la misma Blaire de siempre, y eso es verdaderamente un problema para todos nosotros.— Brama tomando la taza.

Ella no hace más que soltar una pequeña carcajada irónica, mientras que él la observa negando con la cabeza.

—Lo se, pero es su especie también, por lo cuál tampoco le veo nada de malo con que pase tiempo con alguien que sea igual a ella.— Sube sus hombros.

Karim niega, una y otra vez, con una clara necesidad de no aceptar de ninguna manera que su mejor amiga se convierta en lo que verdaderamente es.

—¡¡¡Blaire no es así!!!— Suspira frustrado.

—Blaire es Blaire, Karim.— Le recuerda. —¡¡Y ella siempre fue un demonio y aún así es nuestra amiga, y deberías de tener un poco más de pelotas para admitir que tenés miedo de que ponerle mente no te llegue a gustar de ninguna manera la Blaire demonio!!— Sonríe melancólica.

Karim hace una mueca de asco con su rostro al ni siquiera podría imaginarse cómo podría ser su amiga así es prácticamente la copia viva de cómo es hoy en día Arden, más que nada porque él lo conoce a la perfección.

—Él la va a llevar al lado oscuro... Y ella no es asi... Nunca necesito de esas cosas y no entiendo porque ahora tiene que hacerlo, solamente porque él apareció en su vida.— Cierra los ojos.

Silvye lo observa levemente aburrida, mientras que intenta no hacer una mueca de lástima, lamentablemente eso es lo que está sintiendo ahora mismo por el guardián.

—¡¡Entiendo que Josué no esté de acuerdo con todo esto, pero no es algo en lo que podamos involucrarnos, de la misma forma que sabes perfectamente que él tampoco se puede involucrar en todo esto!!— Sube sus manos resignada.

—Josue es quién tiene reuniones con él, es la mano derecha del jefe de abajo, para ser completamente sinceros a él no le interesa en absoluto Blaire, sólo la está utilizando para lo que sea que estén tramando.— Sonríe irónico.

Silvye suspira, nuevamente, no pudiendo creer que de una vez por todas él este dándole la razón en algo.

—Blaire se está alejando de nosotros porque nosotros estamos siendo egoista recordándole continuamente que no es como nosotros... Me parece que deberíamos de morar un poco más nuestro ombligo y no el de nuestra amiga.— Le hace saber punto de vista, apenada.