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—¡Carajos!— Arden pasa ambas manos por su rostro.

Necesitaba darse un baño con suma de urgencia, estaba odiando el olor a azufre que tenía en su piel, además de qué la cabeza no dejaba de dar vueltas en el asunto de Blaire.

Avanza hacia el primer piso, iría a su habitación por algo de ropa para la pelirroja, cómo le había prometido, y luego iría al baño del segundo piso para darse una ducha rápida y no molestar a Blaire.

Su cuerpo y mente le juegan una mala pasada cuándo escucha el agua corriendo en su propia habitación, dándole el indicio de que Blaire ya estaría por ingresar a la misma, si no es que ya se estaba dando un baño.

De solo imaginarla con el agua deslizándose por su cuerpo, siente cómo algo comienza a crecer dentro de sus bóxer. De la misma manera que había ocurrido en el Hall central de la casa, cuando la estaba besando con aquella desesperación y tuvo que hacerse a un costado, para reconocer que aquello no terminaría si no es que era teniendo sexo desenfrenado.

Cierra sus ojos y relame sus labios pensativo.

Agradece qué los gemelos, junto a Seth todavía se encuentren dormidos y no puedan hacer ningún comentario al respecto sobre lo que está pasando ahora mismo, ya que de ser por los gemelos harían comentarios inoportunos que lo harían enfurecer por completo.

—"Solo hacelo, Arden."— Deaton Demanda en su cabeza.

—"¿Solo entro y le digo qué tengo el pene duro de sólo pensar en ella desnuda?"— Bufa buscando unos boxer limpios y una camiseta para dejarle a Blaire.

Su oscuro sonríe. —"Solo entra al maldito cuarto de baño y hacela tuya, demostrándole qué eso es lo qué ella te genera."— Aclara cómo si fuera lo más obvio.

Arden golpea con fuerza du cajón, apoyando sus brazos sobre el mismo, forzando su espalda a tensarse.

—"Sos un semidiós, Arden, ella sabe lo qué haces, qué la tomes de manera posesiva no la aterrara, puedo llegar a jurar qué te va a demostrar qué estaba esperando esa reacción de tu parte."— Agrega ante su no respuesta.

—¡Ya basta!— Demanda inflando su pecho y diciendo aquello en voz alta.

Deaton no vuelve a responder después de su comentario.

Arden remoja sus labios y despeina su cabello para avanzar hacia dónde proviene el ruido de agua.

—Muñeca, vine a buscar ropa. ¿Necesitas algo?— Cuestiona ronco.

Y luego, vuelve a cerrar los ojos sintiéndose un completo idiota adolescente.

—¡Si tenés ganas de entrar y bañarte, es tu cuarto de baño, la qué está de intrusa soy yo!— Blaire murmura siendo presa del calor qué dejo Arden en su cuerpo en el living comedor de la casa.

—¿Bañarnos juntos?— Sisea dejando caer la ropa que traía para ella al suelo.

La garganta se le seca y su pene crece, por lo qué traga saliva avanzando sin siquiera pensarlo.

—¡Quizás necesito algo de ayuda!— Canturrea relajada.

Se sentía poderosa, y no sabía si era a causa de qué se encontraba relajada para con él, o porque ahora las cosas se habían acomodado y todo parecía ser que podía llegar a estar encaminado en un futuro.

O quizás, sólo era la adrenalina del momento y necesitaba hacer aquello, sintiéndose libre de una vez por todas, y sabiendo que una persona como el semidiós no la iba a juzgar por lo que hiciera o por lo que dijera.

El Hijo de HadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora