—¿Quées lo que pretendes?— Traga saliva apretando sus labios por la cercanía.
No quería otra vez terminar en sus brazos, porque esta vez, no sabia cómo iba a reaccionar ante todas aquellas emociones que le generaban los toques de Arden.
El morocho sonríe al sentir sus emociones y aquel nerviosismo que la recorre.
—No haré nada malo, Blaire, pero necesito que te sueltes y relajes.— Pide relamiendo sus labios de manera sensual.
Ella clava su vista en sus labios húmedos y asiente perdida por la fragancia que Arden suelta con solo respirar.
—Es... Difícil.— Jadea cuándo siente, aún, las caricias en su cintura nuevamente.
—¡No lo es, muñeca, sólo cerra los ojos y desealo!— Susurra en su oído.
Blaire siente una correntada recorrer su piel generándole un escalofríos. —¿Que de todo tengo que desear?— Suelta casi que en un gemido.
Arden sonríe complacido con su reacción, y quita sus imágenes perversas de Blaire siendo sometida bajo él, en la cama, para prestar atención a lo que importa realmente ahora, que es su instrucción para que pueda mantenerse al menos segura en caso de algún altercado.
Mas que nada, ahora mismo que Arden necesita hacer una pequeña visita a dos aquellares por estos días, para ver que clase de información puede conseguir con todo lo que esta ocurriendo y ver si puede averiguar algo más sobre quien se llevo aquel grimorio de la familia de Silvye.
—Darle acceso a Seth de tu cuerpo, él no te dañara, Seth soy yo... Y estoy para protegerte hasta que todo esto acabe y puedas vivir tu vida cómo siempre.— Sisea frente a ella.
Viéndola con sus ojos cerrados y aquella cola de caballo despeinada gracias al entrenamiento.
Blaire traga saliva algo incomoda por lo que escucho y no la convenció del todo.
—¿Desaparecerás?— Tuerce las cejas al cuestionar.
Arden sonríe chasqueando la lengua, aprovechando que ella no lo puede ver ya que sigue sus ordenes al mantener su mirada guardada.
—En algún momento espero terminar con todo esto y no tener que estar toda la existencia corriendo peligro de que algo te pase, muñeca.— Explica mordiendo su labio inferior.
A medida que sus caricias suben por sus brazos para que ella se relaje y no use su mente para cuestionamientos y preguntas que no vienen ahora al caso.
—¿Pero te iras? Quiero decir... ¿Dejare de verte?— Hace un puchero que para él se hace extremadamente adorable.
Al mismo tiempo que su entrepierna tiembla al ver sus labios así de carnosos.
Pero se pone recto tronando los huesos de su cuello para no caer en aquella tentación, todo en ella era una terrible obsesión y un deseo incontrolable para Arden de querer tirarse encima de ella y arrancarle las prendas que utiliza.
Incluso, el simple echo de que el jefe le dijera que Blaire era deseada por su sangre virgen le hacía hervir la sangre de mil maneras posibles, aún, peor que estar en un letargo de castigo bajo el infierno.
—Eso depende de vos, muñeca... Siempre estaré cuidando tu espalda de igual manera...— Sonríe cínico.
—"Es claro que no soltaras a esa pelirroja, te vuelve loco de pies a cabezas."— Deaton se burla en su mente.
—"¡En serio no pedí tu opinión, maldición!"— La carcajada ronca de Deaton se escucha retumbar en su cabeza.
—"¡En serio eso no me intereso nunca y no lo hará ahora!"— Sonríe.
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El Hijo de Hades
FantasyToda tu fe en la humanidad no bastará si subestimas a quién tienes enfrente. Únete a esta historia de Blaire Morel y Arden Abbot en donde ambos aprenderán del otro sin darse cuenta hasta que sea demasiado tarde como para evitarlo. 💎 Portada increíb...