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Arden batalla contra Issac, intentando que su cabeza no se vaya a cada momento para observar a la pelirroja, confía en su guardián, en las capacidades que tiene para poder sacarla de ahí.

Pero sigue siendo inevitable que no se preocupe por ella, qué no deje de sentir ese hueco en el estómago, además de que cree qué la unica manera en la qué puede tranquilizarse es estando él a su lado y observando con sus propios ojos hacia su persona.

—¡Ella ya sabe quién es, y puede que hayas arruinado todo los planes que tenía para divertirme con la princesita del inframundo, pero estoy más que seguro de que arruine todos tus planes con ella porque no va a querer verte la cara nunca más!— Se ríe sádico.

Arden lo acorrala contra la pared. —¡IMBÉCIL DE MIERDA!— Sisea.

Quiere clavar sus garras en su cuello, llenarse de la misma sangre que lo había creado, la de él y la de Blaire.

Deaton está en el medio de la puerta aniquilando a cada uno de los chockers que quieren ingresar, lamentablemente no puede prestar atención a los que están creciendo adentro, sabe que de eso se va a ocupar Arden y Hakeem.

—¡No te pongas así, hermanito!— Hace un puchero divertido con sus labios.

Un chocker se posiciona sobre la mano de Arden, mordiendo la misma, para permitirle a Issac, un pequeño movimiento de ventaja, qué no aprovecha del todo bien.

Arden, antes de ocuparse de aquel semidemonio, lo que hace es propinarle un golpe en su quijada que lo lleva varios pasos hacia atrás. —¡No hables de ella!— Demanda y lo señala.

Pelea con aquellos chockers qué lo rodean, el puede, no le preocupa en absoluto que sean cada vez más y que no dejen de multiplicarse, mientras que Hakeem pueda sacar todos esos claves de ella, y evitar que le sigan drenando la sangre.

Issac sonríe, su mandíbula se había desencajado por completo, pero no había demorado ni dos segundos en volver a colocarla en su lugar.

—¡Vamos, hermanito! ¡Íbamos a compartir a la misma chica, y eso realmente hubiera sido por demás divertido de observar!— Alza sus manos.

Arden explota las cabezas de sus creaciones, una por una, con sus manos. —¡Cerra la maldita boca, Issac!— Amenaza entre dientes.

Todavía, no había necesitado exponer al completo a sus oscuros, eso sería cuándo la paciencia se le agote por completo, mientras tanto estaba queriendo realizar todo el trabajo sucio por sus propias manos.

—¡Estoy más que seguro qué lo hubieras disfrutado! ¡Ella parece ser tan virgen igualmente qué me hubiera divertido mucho!— Remoja sus labios y sonríe.

Quiere aprovechar la distracción del semidiós, para poder dirigirse hacia dónde se encuentra la pelirroja, junto a Hakeem.

Y lo hace sin ningún problema.

—¡Sos un imbécil, Issac, y lo peor de todo es que no te das cuenta de que sos un simple invento fallado, una copia qué quisieron realizar y salió fatal!— Se ríe.

Haciendo fuerza y luchando para con cada uno de aquellos chokers que parecían multiplicarse de los muertos y no estaba entendiendo cómo todavía Isaac tenía tanta fuerza para seguir creandolos.

Algo estaba pasando detrás de ellos que estaban pasando por alto.

—"¡Se están multiplicando de manera muy rápida, hay algo qué no estamos viendo, y no se de dónde vienen!"— Habla con Hakeem.

El mismo muestra sus colmillos hacia Isaac, cuándo lo ve venir hacia ellos con una sonrisa sádica en su rostro y la gran predisposición de quitarlo del medio.

El Hijo de HadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora