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—Si, bueno.— Pasa una mano por su cabello luciendo levemente ansioso. —Si lo planteas de esa manera puede que suene de una forma bastante diferente a cómo yo lo veo en mi cabeza.— Comienza ronco.

Blaire parpadea inflando su pecho y quisiera en estos momentos poder tener el mismo poder psíquico que tiene el semidiós de saber qué es lo que está ocurriendo por su mente, o mejor aún, no puede dejar de pensar en que le encantaría poder tener al menos a uno de los oscuros para escuchar sus comentarios irónicos respecto a la situación.

Siendo que cualquiera de ellos sería muy perspicaz al respecto de hacer algún que otro comentario que pudiera llegar a darle la pauta De dónde es que se encuentra parada.

—Es una loca psicópata que no tiene un punto medio cuándo alguien le dicen que no a lo que ella quiere.— Sisea pasando una mano por la comisura de sus labios.

Blaire abre sus ojos por demás al escuchar aquella declaración, siendo que no es algo que la deja por demás tranquila, sino que es todo lo contrario. —¿Osea?— Se carajea haciendo una mueca extraña con su rostro.

—Crei que era más que obvio.— Sonríe mordiendo su labio inferior. —Creo que podes estar más que tranquila que una persona cómo lo soy yo, al punto del día de hoy de cómo me conoces, no se deja manejar por nadie y tiene la capacidad de decirle que no a las personas.— Le guiña un ojo.

Disfrutando aquel pequeño instante en el que estaba hablando de él en tercera persona, observando el rostro confundido de la pelirroja mientras que procesaba sus palabras.

—No me gusta que me digan lo que tengo que hacer, y es más que obvio que en cuanto inició a romper mi paciencia y yo me empecé a aburrir, corte cualquier tipo de lazo para con ella y creo que en realidad eso que teníamos, que te aseguro que no era una relación, no terminó de la mejor manera posible.— Murmura pensativo volviendo un poco hacia atrás en sus recuerdos.

Había sido hace tanto tiempo que la verdad es que tampoco tenía muy en claro cómo se habían dado las cosas, pero sí estaba por demás seguro de que había sido él el causante de que todo aquello no siguiera avanzando.

Y por eso mismo que estaba orgulloso con su pecho erguido, contándole aquello a la persona que amaba, para poder hacerla sentir segura y no generarle ningún tipo de incertidumbre sobre su especie de relación.

—¿Y tan sólo te dejó ir?— Parpadea moviendo su cabello húmedo hacia un costado. —No me malentiendas, pero parece ser lo suficientemente psicópata cómo para ser, por supuesto, mayor que vos.— Frunce sus labios en una pequeña mueca de asco.

—Muñeca.— Pide moviendo su cabeza hacia un costado al descubrir levemente sus intenciones.

Ella sonríe y eleva una mano para que no continúe con su advertencia y pueda ella continuar con su oración.

—Y supongo que una persona con su poder y el calibre de locura que puede llegar a tener, y ni siquiera es que la conozco, pero ya me lo puedo llegar a imaginar, no va a dejar ir a alguien que utiliza como su juguete sexual así porque sí, lo que me da a pensar es que es lo que quiere ahora para con vos.— Sonríe parpadeando.

Arden suelta el aire contenido en sus pulmones y tiene que admitir para sus adentros que ella está siendo lo suficientemente objetiva en lo que le está marcando.

En otra circunstancias, en las que él no estuviera seguro de cómo se habían dado las cosas, o de cómo es que él actuaba en ese tipo de situaciones, lo más probable es que le hubiera dado la razón.

En esta oportunidad no había manera de que diera el brazo a torcer, porque no había nada que tuviera que ocultarle a la pelirroja y tampoco era verídico lo que ella decía, incluso, si no tuviera a sus oscuros completamente sedados por el castigo que les había dado, y les permitiera hablar a los gemelos y al pequeño maldito de Seth, lo más probable es que ellos estuvieran objetando incoherencias a su favor.

El Hijo de HadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora