—Si vas a seguirme, intenta hacerlo con disimulo, o simplemente quédate a mí lado y ya.— Brama.
Su guardián sonríe y aparece de las sombras. —Se que estás enojado, pero no puedo no seguirte.— Alza sus manos.
Arden aprieta su puños y sigue avanzando.
—¡Estoy furioso, Hakeem, furioso, porqué parece qué les encanta jugar a las malditas pistas! — Demanda y golpea el primer auto qué tiene a su alcance, dejando un gran bollo en él.
—Le enviaré tu número de seguro por correo, eso sería algo apropiado.— Bromea rodeando los ojos.
El semidiós suspira, pasando una mano por su cabello. —¡Esto es una completa mierda, no sé por dónde empezar y todavía tengo que castigar a ese maldito niño!— Exclama.
Su amigo suspira y asiente. —¿Querés hablarlo?— Frunce sus labios. —Quizas sólo soltarlo te haga sentir un poco mejor. Se qué suena a idioteses de humanos, pero me parece que es lo que necesitas — Mueve su cabeza.
Arden niega. —¡¿Cómo carajos le voy a decir que es su medio hermano?!— Hace una mueca de asco.
—¿Por qué te preocupa tanto lo qué piense, Arden?— Tuerce sus cejas al observarlo. —Es una chica demasiado inteligente y recién ahora está prestando atención a su mundo, que se lo digas no será algo qué cambie su vida por completo, porqué no es qué lo conoció antes o qué tuvo sexo con él, cómo para sentirse qué todo es una aberración.— Suelta.
Y lo dice desde lo más sincero que puede, porqué ve realmente, lo desesperado que se encuentra su mejor amigo, y cómo es qué se está tomando todo lo que está pasando por su cabeza, al punto de no poder saber por dónde iniciar en todo eso.
—¡Carajos!— Demanda.
No puede creer que Hakeem acaba de decir qué ellos podrían tener sexo, probablemente de todo lo que escucho la madrugada de hoy, es lo qué más le molesta y no puede siquiera tolerar esa idea en su cabeza.
—¿Que ocurre, Arden?— Alza sus manos. —Tenes que hablarlo, va a matarte por dentro, y no te lo estoy diciendo cómo guardián o por lo que acaban de decir esos dos tarados.— Insiste.
Arden se para en el medio de la calle y lo mira cínico.
—¡Me pasa que no puedo hacer nada sin pensar en ella primero, me pasa qué me está quemando la cabeza saber si la voy a lastimar o que va a decir cuando sepa qué tengo la responsabilidad de la muerte de Josué!— Alza la voz.
Está fuera de control y eso es lo que no quiere, estar fuera de control por amor, porqué, aúnque, todavía no lo admite para el mismo, todos saben que está enamorado de Blaire y qué todos lo estén diciendo es, probablemente, lo qué le pone los pelos de punta de manera desesperada.
No quiere caer en la perdición del amor, de cualquier manera, a esta altura, no hay vuelta atrás.
—¡Sólo admitilo, Arden!— Sonríe tragando saliva.
Arden tiene sus ojos naranjas. —¿Eso te hizo mejor?— Se ríe rodeando los ojos.
Hablando de Silvye, a quién tuvo qué rechazar desde pequeña.
Hakeem traga saliva y parpadea. —¡Yo la tuve que dejar ir, porqué es una simple mortal, Arden, la tuya es cómo vos, no la vas a perder!— Demanda e intenta explicar la diferencia.
Arden suelta una carcaja. —¡¡Eso no cambia en nada, el amor te hace débil, Hakeem, sinó mira a Hades, encerrado en el infierno por toda la eternidad!!— Bufa rodeando los ojos.
Su amigo suspira. —Se qué Blaire es más importante para vos de lo que podes llegar a admitir, sólo date una posibilidad.— Propone.
Arden niega y continúa andando, a paso, cada vez más, apresurado. —¡No funcionara!— Demanda entre dientes.
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El Hijo de Hades
FantasyToda tu fe en la humanidad no bastará si subestimas a quién tienes enfrente. Únete a esta historia de Blaire Morel y Arden Abbot en donde ambos aprenderán del otro sin darse cuenta hasta que sea demasiado tarde como para evitarlo. 💎 Portada increíb...